Tuesday, June 23, 2015

capitulo 59

Peter la rodeó con sus brazos y ella se puso rígida. Pero el familiar perfume de él acabó con su resistencia con rapidez asombrosa.  Lali enterró la cara en su hombro y suspiró para recuperar el aliento.
—No te critico por ser la mujer que eres —susurró Peter no muy firme—. Si no fueras la mujer que eres, no te desearía.
—Eso es perverso.
—Entonces soy perverso... ¿qué quiere decir eso?
Ella casi soltó una carcajada.
—Obstinado, discutidor.
—Los dos somos eso.
—De temperamento rápido, agresivo...
—Eso también.
Esa vez se le escapó una carcajada.
—¿Una pareja arreglada por el infierno?-
—No, eso nunca, aziz. Aunque no me atrevo ni a pensar en el final del verano, guardaré estas semanas contigo en mi corazón para siempre.
Lali rompió a llorar de nuevo. Nunca se había sentido más abatida en toda su vida.  Peter le apartó con suavidad el pelo de la frente y empezó a susurrar con suavidad en árabe como para calmar a un niño pequeño y Lali tuvo la sensación de estar completamente perdida. Porque, ¿qué iba a decir?, pensó con tragedia. Le gustara o no, el verano llegaría a su fin.
—Te estás agotando a ti misma.
—Quiero mi anillo de vuelta.
—No lo querías antes.
—¡Tampoco quiero suplicar por él ahora!
—Yo nunca he querido que supliques —Peter suspiró—. Sólo que nos dieras la oportunidad.
A Lali se le cerró de nuevo la garganta. Dios santo, ¿por qué seguía diciendo cosas que la alteraban de aquella manera? Si lloraba un poco más acabaría deshidratada. Inspiró con fuerza.
—Lo haré.
—Mañana habrás vuelto a cambiar de idea.
—No, te lo prometo —dijo con frenesí agarrándose a él con fuerza mientras el gato se aposentaba en los pliegues de su vestido y se quedaba dormido.
—¿Qué es lo que ha provocado este cambio en ti?
—La idea de que estés con otra mujer... tonto.
—¿Estás celosa?
—Por supuesto que lo estoy... ¿crees que soy tan fría como una roca?
—A veces lo he pensado —admitió él apretándola tanto que le cortó la respiración.
Se sometió de nuevo demasiado agotada emocionalmente para luchar contra un abrazo que por otra parte estaba disfrutando. Se frotó la mejilla contra su hombro consolada por la cálida y fuerte sensación de él. Una extraña sensación de paz la inundó junto con un cansancio infinito. Soltó un bostezo. —¿Puedo llevarte a la cama?
—Desde luego.
Peter la sonrió y hasta con aquel sopor sintió un vuelco en el corazón.
—Por desgracia, tengo que cenar con mi padre esta noche.
Agotada como estaba, le costó bastante dormir. Pensaba sin cesar en la vida tan vacía que llevaría en Londres. La idea que empezó a fijarse en su mente era una locura. ¿O no? Tenía que tener algo si iba a enfrentarse a un futuro sin Peter y muchas mujeres conseguían criar a solas a sus hijos. Pero traer al mundo a un niño sin padre a propósito... Bueno, ¿y qué más podía tener de Peter?
Quería a su hijo, el de Peter. ¿Por qué iba a ser malo? Él nunca lo sabría. Y lo que no se sabe no puede causar dolor. Dos meses... dos meses en los que quedarse embarazada de un hombre tan cuidadoso era casi imposible. Era un reto difícil pero no imposible, decidió pensar en una o dos posibilidades hasta que por fin se quedó dormida.

3 comments: