Sunday, June 28, 2015

capitulo 18

Lali sintió que todo su cuerpo se enfrió y tuvo miedo de perder los sentidos.
Pero tú me perteneces –Peter continuó. – Eres mi esposa... –completó con aire irónico.
Extrañamente, Lali sintió que sus fuerzas volvían.
¡No! Puedes ser dueño de coches, casas y una colección de cuadros, ¡pero no eres mi dueño! Puedo ser tu esposa, pero no soy un objeto sin pensamientos, sentimientos ó derechos.
Sin notarlo, Peter se acercó a ella, quedando a una distancia peligrosa. Mientras intentaba entender de donde sacara fuerzas para discutir con él, Lali tomó conciencia que Peter estaba prácticamente tocándola.
No tienes ningún derecho en este matrimonio –Peter dijo, finalmente quebrando el silencio.
No creo que pretendas... ¡no tendrás el valor! –Lali intentó recuperarse de la sorpresa. – Sólo estás enojado conmigo y...
No estoy enojado contigo –Peter murmuró, mirándola como si fuese un leopardo observando a su presa. – Pero no puedo confiar en ti ni quiero darte el tipo de libertad que te di antes.
¿Aquello era libertad? –Lali comenzó a reír. Aquella afirmación era demasiado ridícula. Sólo tuvo obligaciones cuando era esposa de Peter. Era como si viviese en una celda de prisión. No tenía una hora libre para si misma, todo era organizado por él, y Lali sólo tenía que obedecer.
¿Entonces te ríes de mi generosidad? –el mirar de Peter era amenazante.
Ah, te referías al dinero... –Lali finalmente entendió lo que él quería decir. – Bien que intenté consolarme haciendo compras, pero no me satisface esas cosas. No soy el tipo de mujer con quien deberías haberte casado, y todavía no conseguí entender porqué te casaste conmigo.
Peter la miró fijamente. Lali se sentía como si el oxígeno del lugar estuviese por acabarse. Aún así, no se alejó de Peter, detestando percibir que su proximidad provocaba sensaciones físicas que no quería sentir nuevamente. Él la excitaba, aún cuando la trataba como si fuese un pájaro que cayera en una trampa.
¿No desconfías por qué me casé contigo? –él le preguntó bruscamente.
Oír su voz ya era suficiente para provocar extrañas sensaciones en Lali. Procuró anular el escalofrío que recorría su espina y respiró hondo, era consciente que sus senos comenzaban a doler y sus pezones despertaban con sensaciones casi olvidadas.
No tenía nada para ofrecerte además de mi fortuna, pero tú parecías querer poca cosa. –Peter a observaba con sus ojos esmeralda brillantes. – Además de mí, claro... Y tú me querías tanto como el propio aire que respirabas. En esa ocasión, me pareció un intercambio justo.

2 comments:

  1. mas machissta peter no puede ser, que bueno que lali le informo que ella no era propiedad de el.

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