Saturday, June 13, 2015

capitulo 66

-Teniendo en cuenta que te has valido de Caridad para llegar hasta mí no has sido muy amable con ella -observó Lali-. Nunca habría accedido a verla si hubiera sabido que ibas a aparecer.
-Bueno, es que Caridad me torturó con sus preguntas en el peor momento -contestó Peter tenso, tratando de calmarse. Lali lo miró con los ojos llenos de dolor-. No me mires así, me lo pones todo mucho más difícil -gruñó Peter.
Lali miró a otro lado instantáneamente. Sí, por supuesto que Peter veía en sus ojos cómo se sentía. Siempre había sido capaz de ver en su interior. Perpleja ante la idea de que su amor le resultara tan evidente, Lali no puso pegas cuando él alargó un brazo y la condujo hasta la limusina. Peter recogió el ticket del aparcamiento y traspasó las puertas. Era evidente que se sentía culpable. Sabía cuánto daño le había hecho. ¿Y qué iba a lograr tratando de evitar un encuentro que él estaba decidido a celebrar?
Lali lo miró de reojo, en silencio, mientras el opulento vehículo transitaba entre el tráfico. En dos semanas y media él había perdido bastante peso, observó. De pronto le pareció como si un abismo inconmensurable los separara. Nunca hubiera creído posible que Peter tuviera un aspecto tan sombrío. Aquél era el fin de su matrimonio.
-Está bien... -dijo ella.
-No, no está bien -la contradijo Peter-. ¿Dónde has estado viviendo?
-En una casa de las afueras, no tenía muchas ganas de buscar -admitió Lali.
-¿Y no se te ocurrió que yo me volvería loco buscándote? -exigió saber Peter, de pronto de mal humor.
-¿Y por qué iba a pensarlo? -suspiró Lali-. He cuidado de mí misma durante mucho tiempo, yo no soy una de esas chicas inútiles e impotentes.
El silencio se hizo más denso.
-No -concedió Peter-, pero puedes hacerme sentirme impotente a mi.
-¿Cómo? ¿Quieres decir impotente al buscarme y no encontrarme? No había ninguna necesidad. No pretendía desaparecer para siempre ni ninguna estupidez de ésas. Te lo dije bien claro en la nota... -Eh... si: «Peter, lo siento, pero he tenido que vaciar tu cartera... -recitó él de memoria-. Casarme contigo ha sido un error. Estaremos en contacto. No me busques... Bueno, supongo que no ibas a hacerlo, ¿ verdad?»
-No sé por qué tienes que recitar toda la nota que te escribí -protestó Lali sintiéndose como una estúpida-. Estaba enfadada, y no disponía de
mucho tiempo. ¡Tienes suerte de que te dejara una nota!
-Supongo que en eso tienes razón -susurró al fin Peter.
Lali lo miró molesta, notando su tensión.
-Te aseguro que no pensé que te darías cuenta hasta mucho más tarde...
-Más tarde. Tardaste once días en llamar a Caridad - le recordó Peter.
-Tenía cosas que hacer.
Como por ejemplo tratar de vivir sin él, tratar de descubrir cómo seguir existiendo con aquel dolor agónico que se intensificaba con cada hora que pasaba, tratar de olvidar todos los buenos recuerdos, el sexo. Para Lali hacer el amor con Peter había sido alucinante, perfecto. ¿Pero cómo podía saber qué había sido para él? Peter se había mostrado entusiasta, pero quizá fuera sexualmente insaciable.
-Y bien, ¿qué has estado haciendo?
-He estado haciendo planes -mintió Lali, que no había hecho sino vagar de un lado a otro. Lali salió de la limusina y se dio cuenta entonces de que no habían llegado al apartamento de Peter, sino a la preciosa mansión georgiana que habían estado visitando justo el mismo día en que lo abandonó-.
¿Qué diablos estamos haciendo aquí?
-La compré -explicó Peter.
-Sí, dijiste que sería una buena inversión -recordó Lali abriendo la puerta.
-Era una broma.
¿Sería eso cierto?, se preguntó Lali, que había pasado dos semanas recordando cada una de las frases de Peter y tratando de fortalecerse. Había sido una pérdida de tiempo. Un simple vistazo a aquel cuerpo y estaba hipnotizada. A pesar de aquel nuevo aspecto se sentía tan atraída hacia él como la misma primera noche de Chindos. -¿Y qué has hecho con el resto de mis cosas? -preguntó Lali tratando de llenar el silencio.
-Están aquí.
-¿Dónde?
-En el dormitorio principal.
-Ah, bien. Así que no les has dicho a los sirvientes que no iba a volver -comentó Lali comenzando a subir la enorme escalera.
-¿A dónde vas?
- Voy a hacer la maleta, así aprovecho que estoy aquí.
-Lali... -comenzó Peter a decir con voz cansada- ... sé que me he comportado como un completo idiota...
-Peter, no quiero oírlo -anunció Lali subiendo las escaleras deprisa-, no ha sido culpa de nadie. Nos casamos simplemente porque estaba embarazada,

y fue una estupidez... ¿de acuerdo? Pero no es para tanto, ¿vale?
-¿Cómo que no es para tanto? -repitió Peter.

3 comments:

  1. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

    ReplyDelete
  2. que lali lo perdone se ve que peter esta sufriendo mas

    ReplyDelete