Monday, June 22, 2015

capitulo 55

—Hombres así los hay en todas las culturas. Son emocionalmente enfermos, irracionalmente celosos y posesivos e invariablemente acaban siendo violentos.
Lali se humedeció los labios. Se sentía devastada por una argumentación que ella no había reconocido antes, porque por supuesto que ese tipo de hombres también existía en su propia cultura.
—Ese era un hombre enfermo y peligroso. Es una suerte que tu tía escapara sin daños más serios. Pero ¿cómo tu familia permitió que una chica tan joven se casara con un extranjero del que no sabían nada?
—Parecía un hombre tan romántico... —Lali recordó lo impresionada que había estado hasta ella con Mariano—. Parecía adorarla. —Debió ser una pesadilla
Noche tras noche, Emilia había llegado a su puerta con los ojos hinchados, la cara pálida y habiendo perdido peso; toda su energía de juventud gastada de la tensión y la miseria y el creciente miedo de Mariano.
Pero Peter tenía razón.  Emilia podría haberse casado con un hombre de su país y haber acabado
igual.
—Lo fue, pero Emilia siguió con sus estudios de negocios y emigró a Canadá poco después. Ahora es directora de una multinacional. —¿Se volvió a casar?
—No. Es muy ambiciosa.
—¿Tu modelo femenino?
Lali se sonrojó pensando en las largas conversaciones que, había mantenido con Emilia dos años atrás.  Emilia no había vuelto a recuperar la confianza en el sexo masculino. Seguía muy amargada Por los dos años de pesadilla con Mariano. Bajó la cabeza y admitió:
—Admiro lo que Emilia ha hecho con su vida después de ese periodo tan horrible.
Pero ya no estaba tan segura de admirar a su tía por permitir que una experiencia le hiciera rechazar a todos los hombres
—Algunas mujeres consiguen combinar la carrera con el matrimonio —murmuró Peter.
—Super mujeres, querrás decir... el bebé bajo un brazo, la aspiradora bajo el otro y una montaña de trabajo que se llevan a casa de la oficina.
—Tener sirvientes cambia el asunto. Mi hermana Gimena lo ha conseguido con bastante éxito. En cuanto su hijo pequeño empezó a ir a la escuela, se embarcó en los estudios de medicina.
—¿Y cómo diablos lo consiguió?
—Fuerza de voluntad y el apoyo de Nicolas.  Lali sonrió.
—Tengo la sensación de que Nicolas da un respingo cada vez que Gimena chasquea los dedos.
—Eso es verdad, pero es un hombre muy amable y capacitado y sigue adorando a mi hermana después de tantos años. Ella ha roto muchos tabúes en mi familia y está muy orgullosa de sus logros. Son un matrimonio muy feliz y tienen un verdadero compañerismo.
—No estaba criticando a Nicolas.
Se preguntó por qué resaltaría tanto el matrimonio benditamente feliz de su hermana. En todo caso, a ella le hacía sentir una envidia maliciosa e inexcusable.
—Debe haber cierto grado de compromiso en la relación entre un hombre y una mujer.
—Y yo sé quién cumple el compromiso normalmente —murmuró Lali por costumbre de cinismo—. La mujer.
—Tú sabes que eso no es siempre verdad.
—Bueno, pues más veces de las que debería.

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