Sunday, July 5, 2015

capitulo 59

Bueno, tengo de hecho sofás de cuero, pero aún encontrándolo bonitos mismo los relojes antiguos no tengo ningún en mi apartamento. En cuanto a los asientos rayados de mis sillas, querida, nunca tendría tan mal gusto de elegir algo tan corriente.
Lo mejor es que te vayas, Maria –Peter pidió. – Lamento que tengas que estar escuchando esta conversación tan desagradable.
Lali miró a Peter incapaz de aceptar que estuviese tan calmado y tratándola como si fuese una loca.
¿Qué te pasa, Lali? ¿Por qué estás inventando que fuiste amiga de Maria? ¿Estás borracha? Estás poniéndote en ridículo, ¿no lo ves? –Peter miraba horrorizado a su esposa.
Ah, ¡piensas que estoy loca! Puede ser que haya enloquecido después tantas decepciones que sufrí. Y tú eres tan mentiroso como tu secretaria. Si quieres que las cosas se queden de ese modo, está bien. No me importará más nada de aquí en adelante. –Lali liberó sus manos que Peter sostenía y se alejó.
Voy a entrar en cinco minutos –dijo Peter. – Espérame para que subamos juntos. ¡No precisas darte ese trabajo!
Si Peter pensaba que iba a dormir con él, después de lo que vio y como había sido tratada, precisaba rever sus valores morales. Al final, ¿no la llamara loca? No estaba obligado a dormir con una desequilibrada sólo porque era su esposa.
Lali entró al hall de la mansión, pero se sentía demasiado inquieta para quedarse allí. Salió nuevamente y comenzó a caminar por el jardín. Maria debía haber sacado el reloj de la pared, ya que Peter nunca lo vio. ¿Habría cambiado las sillas también?
El jardín estaba totalmente envuelto en el silencio. Lali recordó que en una de las áreas próximas había una construcción cubierta y con piso de mármol. Mejor sería pasar el resto de la noche allí, sentada en un banco, que estar al lado de un hombre que la despreciaba.
Peter debería estar llamando a algún psiquiatra en aquel momento. Creía que su mujer había enloquecido y actuaría como un marido atento, internándola en una casa de locos.
Se sacó los zapatos y se recostó en la pared fría. Maria había vencido nuevamente. Peter ni siquiera dudó de la secretaria, mientras encontraba natural hacer acusaciones a su esposa. ¿Qué la llamara? ¿Loca? ¿Borracha?
Nuevos pensamientos comenzaron a poblar su mente. Tal vez Peter no hubiese mentido y Maria también lo engañó, fingiendo que caer para que la tomara en brazos. Maria debía haber notado que había grandes oportunidades que fueran sorprendidos abrazados. Ninguna otra explicación tenía sentido. ¡Peter no abrazaría a una amante cuando podía ser visto por todos sus empleados!
Lali había hecho el papel de estúpida nuevamente. Debería haber percibido que todo no pasaba de las artimañas diabólicas de Maria.

1 comment:

  1. Ay diossss da sigue intentando convencerlo lo odioooo
    Maaass

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