Friday, November 6, 2015

capitulo 32

Le resultaba difícil estar allí hablando con Peter sobre lo que habían hecho aquella noche, y más aún hablar sobre el tema de su virginidad como quien habla del tiempo. U oírlo hablar de su éxito en la época del instituto como para haber tenido un novio… Y que con éste además hubiera hecho…
La verdad era que el capitán del equipo de fútbol no había sabido ni siquiera que ella existía, como para haber estado interesado en llevarla al asiento de atrás de un viejo coche. Y no había habido bailes de instituto para ella. Sólo noches en su casa, leyendo, estudiando, como de costumbre.
La mayoría de su promoción ni siquiera recordaría su nombre. Como mucho, algunos recordarían a una chica delgada y desgarbada de pelo castaño y grandes gafas. Pero de todas formas, todos habían estado demasiado ocupados con su vida social como para acordarse de ella.
No se parecía en nada a la persona que evidentemente él creía que era. Y ni la ropa nueva ni el peinado iba a poder cambiarla.
La cuestión era cómo iba a poder decirle que se había acostado con un absoluto fraude, sin estropear el excitante recuerdo de una noche de diversión.
—He crecido en un ambiente muy protector —dijo ella—. Y después de eso, supongo que he sido un poco… melindrosa.
—Melindrosa —repitió él, como si tratase de discernir el verdadero significado de aquella palabra—. Y no obstante fuiste a mi club un viernes por la noche y decidiste irte con el primer hombre que encontrases.
Ella tragó saliva.
—Técnicamente, tú fuiste el segundo hombre que encontré.
Peter alzó una ceja, y a ella le pareció ver un brillo oscuro de humor en sus
ojos.
—Supongo que tienes razón. Y deberías estar contenta de no haberte ido con ese primer hombre. Va al Hot Spot todas las noches, a ligar con mujeres a las que sorprende desprevenidas, al parecer.
—¿Y tú no?
Peter sonrió.
—Yo soy el dueño del bar. Tengo que estar allí. Además, las mujeres ligan más conmigo de lo que ligo yo con ellas.
Ella no lo dudaba. Peter era el hombre más atractivo que había conocido.
El más atractivo que había habido en el bar aquella noche. Incluso en aquel momento, ella no creía que hubiera otro hombre tan apuesto como él en todo el restaurante. Tenía un aura de seguridad, una forma de conducirse que seguramente atraería a las mujeres como moscas.

3 comments: