Tuesday, November 3, 2015

capitulo 7

—¿Hasta?
—Hasta que esté dispuesta a marcharme —respondió.
—¿Quiere eso decir que quieres volver a entrar al bar? —preguntó Peter—. Porque no me parece buena idea. Ya has bebido… ¿dos o tres martinis, quizás? No te ofendas, pero no da la impresión de que puedas beber mucho más. Y el tipo que ha intentado ligar contigo está aún allí, así que probablemente vuelva a intentarlo. ¿De verdad quieres eso?
No, realmente, no. Pero si se marchaba en aquel momento lo único que haría sería acurrucarse y llorar hasta dormirse. Y luego estaría tan decepcionada de sí misma que no se volvería a levantar.
Lali levantó la barbilla y dijo:
—No me importa. No voy a irme a casa todavía.
—Si no quieres irte a casa, y no quieres volver a entrar al Hot Spot, ¿adónde quieres ir?
La idea se le iluminó en la mente mágicamente, y el shock le dio un escalofrío al sentir que estaba haciendo una travesura.
—A tu casa.
Lo vio alzar las cejas por la sorpresa. Y entonces ella pensó que, después de todo, debía de tener algunos genes de chica mala en su ADN.
—A mi casa… ¿Estás segura?
Lali tragó saliva y le sostuvo la mirada. Apretó el bolso y sin mirarlo, asintió.
Peter la miró un largo minuto, inhalando la esencia de su perfume, que afectaba directamente sus partes bajas.
No sería la primera vez que llevase a una mujer a su casa. Pero nunca ponía la vista en chicas menuditas que se ponían alegres con un par de copas. Las mujeres con las que se marchaba sabían exactamente en qué se estaban metiendo, y muchas veces iban al club precisamente con ese propósito.
Pero había algo intrigante en Lali. En su forma de caminar, como una jirafa recién nacida, revelándole que no solía usar zapatos de tacón tan altos como aquéllos. Lo notaba en aquella forma de tirar del bajo de su vestido para taparse, como si no estuviera acostumbrada a la ropa sexy.
Por la razón que fuera, Peter no estaba dispuesto a prescindir de su compañía todavía.
Peter se volvió al taxista y le dijo:
—Ya la ha oído. Vamos a mi casa —y le dio su dirección.
Esperaba no haber cometido un terrible error.
Peter la hizo pasar. Dejó las llaves en una mesa y la observó caminar a través de la alfombra hacia el ventanal con vistas a la ciudad.

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