capitulo 8

—¿Te apetece beber algo? ¿Algo sin alcohol —preguntó Peter.
Lali giró la cabeza. A pesar de su aspecto de mujer fatal, Peter volvió a percibir cierta inocencia en ella.
Claro que los clientes del Hot Spot iban al bar por muchas razones. A veces incluso para mezclarse entre la gente, simplemente. ¿Por qué Lali iba a ser diferente?
¿Y qué diablos le importaba a él?
—Sí, algo sin alcohol, por favor —sonrió Lali.
—¿Un refresco, por ejemplo?
Lali asintió con la cabeza y volvió a mirar por la ventana.
—Feliz cumpleaños —le dijo Peter, dándole una coca-cola con hielo—. ¿No era por eso por lo que estabas en el club?
Lali se dio la vuelta.
—Quería hacer algo divertido por una vez en la vida —respondió ella después de asentir.
—¿Y lo has hecho? Quiero decir, ¿te has divertido?
Los ojos de Lali se oscurecieron. Parecían granos de café, pensó Peter. O un añejo ron.
—No lo sé, todavía —contestó Lali en voz baja, sensualmente, con incitante
voz.
Sin saber por qué, sus palabras y su voz le produjeron un intenso calor. Y Peter se excitó.
Hasta aquel momento no había pensado en ella en esos términos… O al menos había intentado no hacerlo. Pero no había duda del significado de las palabras de Lali, y todas sus buenas intenciones de ser un buen chico, de entretenerla un rato y llevarla a casa se habían evaporado.
Peter apretó el vaso que tenía entre los dedos. Ella era inocente. Tenía que recordarlo y no aprovecharse de la situación.
Hizo un esfuerzo por reprimir sus ganas de llevarla a la cama y sorbió su bebida. Luego le hizo un gesto hacia el sofá.
—¿Quieres sentarte? —le dijo.
Le pareció que un brillo de decepción atravesaba aquellos ojos marrones de Lali. Luego la vio moverse hacia el sofá.
Peter se sentó a su lado.
—Me gusta tu apartamento —dijo Lali, mirando su moderna decoración.
—Gracias.
Peter sabía que su apartamento tenía aspecto de vivienda de soltero, y eso era precisamente lo que había querido cuando había contratado al decorador.