Tuesday, November 3, 2015

capitulo 9 y 10

—Puedes quedarte a pasar la noche, si quieres —dijo—. Hay una pequeña habitación de invitados. Si es que no quieres volver a tu casa esta noche.
Lali lo miró.
—Ya te he incomodado demasiado. No quiero ser una molestia.
Él sintió una punzada de algo en el estómago, parecido al arrepentimiento. Hacía un momento ella había parecido dispuesta a ofrecerse a él. Y ahora quería marcharse. Y de pronto él no quería que lo hiciera.
Antes de que él contestase, Lali suavemente agregó:
—Hay un favor que quisiera pedirte, si no te parece demasiado descarado por mi parte…
Peter agitó la cabeza, deseoso de hacer cualquier cosa para retenerla un rato
más.
—¿De qué se trata?
Lali respiró profundamente y se lamió el labio inferior. Peter se excitó más.
—¿Podrías besarme, por favor?

Lali se puso colorada por su propia audacia.
Al ver cómo la miraba Peter, bajó la cabeza y puso el vaso en la mesa baja.
—Lo siento —dijo, incapaz de mirarlo—. No he debido pedirte eso.
Empezó a levantarse, pero Peter le agarró la muñeca.
—Espera. No te vayas. Y no me pidas disculpas —comentó Peter, haciéndola sentarse nuevamente—. Me has tomado por sorpresa, simplemente. He estado todo el tiempo tratando de no mirar tu boca, de no imaginarte desnuda. Estaba decidido a ser un caballero y ofrecerte un lugar donde pasar la noche… Me refiero a un lugar distinto de mi cama, quiero decir —agregó con una sonrisa—. Así que lo que menos me esperaba era que tú me pidieras que te besara.
Lali agitó la cabeza.
—Lo siento… No he debido…
—¡Eh! Ya te he dicho que no me pidas disculpas. Besar a una mujer guapa no es ningún sacrificio, ¿sabes?
Sus palabras la derritieron. Nadie la había llamado de ese modo. Él la había hecho sentirse guapa.
Lali se pasó la lengua por los labios y dijo:
—Entonces… ¿Vas a hacerlo? Me refiero a… ¿besarme?
Peter sonrió.
—Sí. Voy a besarte. Sólo que… Espera un momento, ¿vale?
Lali sintió un cosquilleo en el estómago.
¿Por qué no la besaba ya? ¿Había hecho algo mal ella?
Lali cerró los ojos y se acercó a él.
—Lali —lo oyó decir—. Abre los ojos.
Lali obedeció. Y se encontró con la boca de Peter a centímetros de la de ella. Y entonces, sin que su cerebro pudiera procesar nada más, Peter la besó.
Sus labios eran como terciopelo, mientras su lengua dibujaba la línea de su boca. Después se adentró en ella.
A Lali la habían besado antes. Pero nunca de aquel modo. Nunca antes el solo contacto con unos labios había detenido su corazón. A pesar de la suavidad de Peter, la estaba devorando, acariciándole la boca por dentro, jugando magistralmente con sus labios.
Cuando por fin la soltó, Lali se cayó hacia atrás en el sofá, y respiró profundamente.
«¡Guau!», pensó. Aquel beso había sido fenomenal.

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