Friday, February 19, 2016

capitulo 16

A pesar de que Lali perdió la cabeza cuando él la amenazó, comprendía la manera de pensar de él y su anhelo de tener a su hijo en su casa. No podía enfrentarse al feroz deseo de venganza de Peter, él quería hacerla sufrir, pues no sabía lo mucho que ya había sufrido. Pensaba de que ella nunca lo amó y eso era comprensible. ¿Qué iba a hacer? Miró el reloj, se puso el abrigo y salió hacia la tienda. Por fortuna su casa en las afueras del pueblo y Antiques Fayre se encontraba en la calle principal. Se sorprendió al ver el local ya estaba abierto. Steven se encontraba detrás del mostrador, bebía café y charlaba con una cliente regular, coleccionista de platos antiguos. — Pensé que tenías que hacer entregas – comentó Lali y él sonrió. — No puedo hacerlo. ¿Has visto el estado en que se encuentra los caminos? ¿Quieres café? Lali asintió y lo observó mientras desaparecía en la parte trasera de la tienda. Nada preocupaba a Steven... incluyendo las ventas que se arruinaban y los clientes molestos. Sin embargo, era un incansable trabajador con los muebles que amaba. Su problema era que restauraba por placer personal y no por ganar dinero. Si el estado de ánimo de Lali fuera el habitual, lo habría obligado a ir a entregar los muebles a sus dueños, pero todavía estaba muy impresionada por la visita de Peter. — Es un joven muy agradable – comentó la clienta — . Me aconsejó que no comprara ese plato Spode. Tiene razón, no iría de acuerdo con el que yo tengo. Lali apretó los dientes, pues en ese momento no podía darse el lujo de dar ese tipo de consejos. Steven regresó llevando una taza en la mano. — ¿A dónde fuiste ayer? – preguntó él — . ¿Por qué estás molesta? – Lali le comentó el accidente y de inmediato él se preocupó — . Debiste quedarte en la cama el día de hoy. — Espero la visita de Willard Evans – respondió Lali. — ¿Es día de ganancias? – preguntó Steven. — Estaríamos perdidos sin él – respondió Lali, con más énfasis que el usual y los ojos azules de Steven expresaron sorpresa — . Oh, no importa. ¿Puedo usar tu coche más tarde? Tengo que ir por Santino. — ¿Quieres que te lleve? Pareces un muerto en pie – indicó él — . ¿Tienes otro problema? — Anoche vi a mi ex marido – respondió Lali y apartó el cabello de su frente. Steven se encogió de hombros. — ¿Qué hizo? ¿Aterrizar su avión privado sobre el techo del hospital? – Steven rió — . Debiste pedirle una pensión, Lali. Nunca he podido comprender por qué vives como lo haces, cuando podrías tener ciertas comodidades. Al escucharlo, Lali se ruborizó. — No quise sentirme mantenida – respondió ella.} — Esa es una palabra anticuada y no muy práctica – indicó Steven — . Tienes un hijo en quien pensar. Pronto él te hará más preguntas y disfrutará más sus lujosas estancias con su padre que cuando esté en casa contigo. — Olvida el temas, ¿quieres? – le pidió Lali — . Lo siento, tengo muchas cosas en mente. En ese momento, el Mercedes rentado de Willard se detuvo frente a la tienda y Steven se fue para que Lali lo atendiera. El hombre pequeño y con anteojos recorrió en silencio la tienda, como de costumbre, antes de negociar precios con ella. Nunca permanecía allí demasiado tiempo, era taciturno. Los visitaba desde hacía dos años y nunca intercambiaron una palabra que fuera sobre algo personal. Una vez Steven comentó: — Hay algo extraño en ese tipo. Nunca habla. Sólo entra y sale para regresar un mes después. — Es muy práctico, no necesita hacer una visita social – comentó Lali. Ese día, Lali apreció que su cliente no charlara y que su visita fuera breve. Tan pronto como se marchó, Lali salió al patio trasero y subió en el MG de Steven. Durante el trayecto a la casa de sus padres, recordó lo sucedido durante los últimos cuatro años. Desde Florencia viajó a su casa. Estaba muy impresionada. Hasta el momento en que Peter salió del hospital, no había perdido las esperanzas de una reconciliación. Sus padres se entristecieron al saber que se divorciaría, después de una separación de seis meses. Lali seguía escribiendo a casa como si nada sucediera y cuando regresó, tuvo bastantes problemas para confesar su infidelidad. No tuvo el valor para decírselo por su estado en ese momento.

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