Friday, February 12, 2016

capitulo 36

-Tonterías. No quiero que sintáis que tenéis que retrasar la boda hasta después de la intervención. Me siento bien para una pequeña reunión familiar -dijo, pero mientras los miraba, se reflejó en sus cansadas facciones una expresión ansiosa. -¡Ay, Dios! ¿Me he inmiscuido demasiado llamando al padre Navarro? -Por supuesto que no -le sonrió Peter divertido, lo cual impresionó a Lali-. Alejo y el cura del pueblo son viejos amigos. Era lógico que quisiese compartir la noticia con él -informó, echándole a Lali una rápida mirada. -Ya podrás hacer una gran recepción cuando llegues a Londres, pero una pequeña ceremonia es más tu estilo, Peter -dijo Alejo más tranquilo-. Y no te molestará ningún periodista en este rincón perdido entre los montes. De repente, Lali se dio cuenta de dos cosas. Alejo se había lanzado de cabeza a los preparativos de boda para no pensar en su próxima intervención, y además tenía miedo de no salir de la mesa de operaciones con vida. -Todo saldrá bien. Al margen de ese pequeño problema de corazón, estás perfecto para tu edad -le dijo, expresando sus temores en voz alta. -Lali me conoce como a un libro abierto -le dijo Alejo a Peter contento. -No me extraña. Os parecéis mucho -dijo Peter, sin expresión en la voz. Y luego llegó el cura. La comida resultó jovial, pero Lali no podía evitar abstraerse en sus propios pensamientos. Miraba a Peter, maravillada por su autocontrol, su facilidad de palabra, su habilidad para esconder el horror que le causaba la forma en que se habían desarrollado los hechos. Esperaba que en algún momento él mencionase un motivo que haría imposible un matrimonio tan pronto, pero Peter no hizo ni el más mínimo intento. Durante la comida no pudo quitarle los ojos de encima. El rostro delgado y fuerte, la forma en que el negro pelo brillaba cada vez que él echaba la cabeza hacia atrás, la calidez de sus ojos, que antes le habían parecido tan fríos y distantes, cuando miraba a Alejo. Estaba haciendo la actuación de su vida para Alejo. Antes de que el padre Navarro se fuera, decidieron una fecha para dentro de cinco días. Luego el anciano se retiró a dormir la siesta. Mientras sus silenciosos pasos se alejaban, Lali se puso de pie y se acercó a la pared que rodeaba el patio. Desde allí se veían las terrazas y el maravilloso bosque. Esperó a que Peter le dijera que la única opción era casarse. Peter la miró a unos pasos de distancia. -Estás furiosa conmigo. Lali lo miró, la ansiedad y el reproche velándole los negros ojos. -Tú nos metiste en este entuerto. Supuse que por arte de magia nos sacarías de él. -Si me hubiera opuesto, Alejo habría sospechado que no las tenía todas conmigo y se habría preocupado. No podía correr ese riesgo. -Quiero mucho a Alejo, pero no quiero llegar al extremo de casarme por la iglesia para tranquilizarlo -admitió Lali. -Podemos conseguir la anulación luego -dijo Peter, acercándose a ella-. Sé que te estoy pidiendo un gran favor, pero necesito que lo hagas por mí -rogó. La mirada de Lali se quedó prendada en los ojos de oscuras pestañas y sintió un deseo tan grande consumiéndola por dentro que era una agonía no echarse a sus brazos. Asustada por la fuerza de sus sentimientos, tembló y miró hacia otro lado. -Bueno. Si es sólo por unas semanas... Luego, cuando volvamos a Londres, le podemos decir a Alejo que no funcionó. -Te juro que no te arrepentirás de tu decisión. Lali no pudo evitar mirarlo. Una sonrisa le había suavizado las facciones. Sintió que se le encendía una hoguera en el estómago y volvió a bajar la mirada, azorada ante el poder que él tenía para turbarla. Un poder que ni se daba cuenta que poseía. -Hay sólo una cosa que podría hacer que todo resultara más fácil. -¿Qué? -¿Podríamos evitarnos lo más posible? Durante un segundo Peter se quedó aturdido. -Pensé que así estaríamos más cómodos -añadió, al darse cuenta de su torpeza. -No parecías estar incómoda durante la comida -señaló Peter suavemente-. En realidad, no me quitaste los ojos de encima ni un minuto.

No comments:

Post a Comment