Sunday, February 14, 2016

capitulo 47

-No te comprendo... -dijo ella rodando hacia un extremo de la cama y cubriéndose defensivamente con la sábana. -¿No será que tu repentino cambio de opinión tiene algo que ver con la consumación del matrimonio? Ahora no podremos pedir la anulación, cara. ¡Tendrá que ser divorcio, y puedes sacarme una buena pensión! El color desapareció de su cara ante tal insinuación. Los negros ojos se le llenaron de dolor y escondió la cara en la almohada dándole la espalda. -¿Ningún comentario? -preguntó Peter con frialdad. ¡Conque ahora era una interesada que se había metido en la cama con él para sacarle dinero! Lali se sintió realmente triste y enfadada. ¡Qué estúpido podía ser cuando trataba lo realmente importante! No podía tomar nada tal como venía. ¿Es que no la conocía en absoluto? ¿Cómo era capaz de poseer su cuerpo tanta ternura mientras su cerebro maquinaba cosas tan terribles? -¿Todo el mundo trata de aprovecharse de ti? -susurró. -Pocas veces corro ese riesgo. Lali levantó la cabeza, y su miradanegra se clavó en la helada de los ojos verdes, que parecían pertenecer a un extraño. Le dolió aún más, pero levantó la barbilla y le clavó la estocada de su dolor hasta la cruz. -Deja de preocuparte. Tu cuenta bancaria está segura. Lo he hecho nada más que por el sexo. Puede que resulte un poco fuerte, pero es todo lo que tengo que decir sobre el tema. -No puede ser -lanzó Peter una aturdida carcajada-. Estamos casados. ¡Eres mi esposa! -¡A una esposa no la acusarías de acostarse contigo por tu dinero! Bueno, serías capaz...- concedió Lali, porque en ese momento su concepto de él se hallaba por los suelos-. En realidad, lo acabas de hacer. Peter le intentó abrazar el cuerpo rígido que se resistía. -Cambiaste de opinión repentinamente. Tengo una mente lógica. Necesito saber tus motivos. -Te los acabo de explicar, así que suéltame, por favor. -No -dijo Peter, besándole la nuca. -Sabes que no estamos casados en serio, lo sabes perfectamente -murmuró ella lentamente-. No me gusta que digas que lo estamos. -Vale -dijo, e instantáneamente la soltó. -Y me debes una disculpa - murmuró Lali con tristeza. El silencio se extendió interminable. -Bueno -gimió Peter con un esfuerzo-. Tendría que haberme tragado el comentario sobre la pensión hasta que realmente sucediese. Ya que fui yo quien te pidió que te casaras conmigo y yo quien quiso compartir esta cama contigo, mis sospechas eran injustificadas e injustas. El silencio se cargó de expectación, pero como respuesta a la admisión de su culpa, Lali se quedó dormida, agotada después del día cargado de emociones. Se despertó al amanecer y lo miró dormir, totalmente relajado. Tumbado boca abajo en la cama, sin cubrir por la sábana, parecía más joven, menos amenazador, increíblemente sexy. Durante la noche se encontraron otra vez y se abrazaron e hicieron el amor con tal intensidad que Lali se ruborizó de sólo pensarlo. Era increíble que Peter la deseara tanto, aunque era evidente que el sexo era muy importante para él. Pero eso no quería decir nada, ¿no? Una forma de liberar tensiones, pasión pasajera, lo consideraba él. Pero no iba a pensar en eso, se regañó. Viviría para el presente. -Magdalena, mi madre, tenía un encanto especial y yo la quería mucho -admitió Peter con cierta tensión, apoyado contra las almohadas como un dios pagano-. Pero era una cabeza hueca. Me preocupaba más yo por ella que ella por mí. -¿Conociste a tu padre? -Una vez, cuando tenía diez años. Él tuvo curiosidad... y nada más -dijo Peter sin ningún tipo de censura. -¿Y qué tal salió?

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