Tuesday, February 16, 2016

capitulo 8

Lali sintió alivio al ver a Vickie. Su hermana era la única persona que podía entender lo que sentía en ese momento, aunque nunca estuvieron unidas. Lali apenas tenía trece años cuando Vickie se fue de la casa para escapar de la autoridad de sus padres. Desde entonces, las relaciones fueron mejorando, aunque Vickie todavía era casi un misterio para Lali. Era fría, no le gustaban las confidencias personales y era muy independiente. Sin embargo, se convirtió en confidente de Lali. No obstante, los secretos que compartían no lograron romper la reserva esencial de Vickie. Después de una fase de gran intimidad durante su matrimonio, una vez más, Vickie se convirtió en la protectora hermana mayor, con quien Lali tenía poco en común. Se encontraba sólo en la casa de sus padres; mas la sonrisa que aparecía e la boca de Lali era afectuosa. — No, no se quedó mucho, nada más quería interrogarme respecto al accidente. Vickie movió su cabello rubio dorado y sus ojos azules quedaron fijos en el rostro de su hermana menor. — ¿Y eso es todo? ¿No tocó ningún otro tema? – preguntó Vickie. Lali no fingió no entender lo que quería decir. — ¿Por qué iba a hacerlo? Estamos divorciados – suspiró — , todavía me odia. Pude notarlo. La condena, el enfado, el... — ¡Oh, por amor de Dios, ya es suficiente! – exclamó Vickie exasperada, se llevó un cigarrillo a la boca y lo encendió — . ¿Por qué te enfadas por eso? Existiendo Santino, tarde o temprano tenían que encontrarse – encogió los hombros — . No pude permanecer sentada en casa mientras escuchaba cómo nuestros padres señalaban la posibilidad de que tú y Peter volvieran a estar juntos. Algunas veces, los dos son muy ingenuos. ¡Sólo Dios sabe lo que papá le decía a Peter antes que yo llegara! Durante años ansió sermonearlo. Lali se ruborizó, pues se sentía culpable, mientras su hermana caminaba por la habitación. Debió de ser muy vergonzoso para Vickie estar presente en ese escenario. Después de todo, ella conocía la verdad por lo que terminó el matrimonio de su hermana y con lealtad guardó el secreto cuando debió sentir la necesidad de hablar. Lali tenía un nudo en la garganta. Nunca estaría libre de su propia conciencia. — ¿Sabes lo que hablaron? – preguntó Lali con ansiedad. Su padre era un hombre amable y bondadoso, pero su divorcio lo impactó mucho. El hecho de que Lali no quiso discutir su matrimonio fracasado creó una barrera entre ellos, la cual no desapareció a pesar de los años. — Resulta obvio que Peter no te desmintió – indicó Vickie — . Pues ellos hubieran estado desfallecidos cuando llegué. Deja de preocuparte, Lali, no es probable que sus esperanzas se realicen. ¿Sabes por qué ellos no están aquí ahora? Supieron que Peter vendría y decidieron quedarse en casa, aunque creo que él ya no regresará, ¿o sí? Lali se sintió tan aliviada por lo que lo dijo su hermana que apenas si escuchó lo que siguió. Bajó los pies de la cama y suspiró. — ¿Podrías llevarme a casa? — Seguro. Tengo un bolso y tu ropa. Se los dieron a Peter. Iré al coche a buscarlos. No estaba segura de si estarás en condiciones de partir – dijo Vickie y observó su palidez — . No tienes buen color. — Estaré bien después de dormir por la noche. De cualquier manera, mañana me visitará un comprador norteamericano y no puedo darme el lujo de no estar allí. Vickie no hizo ningún comentario. Nunca demostró mucho interés por el negocio de su hermana, ya que de ninguna manera tenía el éxito de su agencia de modelos. Para Lali, Willard Evans, quien con regularidad compraba en Antiques Fayre, era un cliente muy importante. Steven tal vez se enfadara al saber que Willard podría obtener ganancias del trescientos por ciento sobre sus compras cuando regresara a Estados Unidos. Desde que construyeron la nueva vía de circulación rápida, sus ventas disminuyeron y Lali era consciente de que Steven, aunque fuera un talentoso restaurador, no era un hombre de negocios. Por lo general tenían mercancía de sobra. Steven compraba todo lo que le gustaba en las subastas y no lo que era probable que vendieran con facilidad. Sin las visitas de ese comprador, Lali suponía que hubieran tenido dificultades durante los meses en las que las ventas eran bajas, aunque tenía que admitir que el gerente del banco siempre fue muy razonable cuando se sobregiraron. Pensaba en su hogar y deseaba poder ir allí, en lugar de regresar a la cabaña vacía. Desafortunadamente, le harían muchas preguntas después de la visita de Peter y ella no podría enfrentarlas en un momento cuando era muy consciente de cómo arruinó su propia vida. La confesión tal vez era buena para el alma, mas ocasionaría una gran infelicidad en sus padres.

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