Saturday, February 20, 2016

capitulo 25

— Será el sábado – Peter le informó la fecha de la boda con frialdad — . Un coche pasará por ti a la casa de tus padres a las diez. Hoy me pondré en contacto con ellos para invitarlos a que nos acompañen. Sin pronunciar palabras, Lali observó cómo bebía la tercera taza de café. El desayunó bien y no tenía la expresión de un hombre condenado, sino que estaba de muy buen humor. Sus ojos satisfechos se posaban cada minuto en ella. Lali estaba atormentada. No le importaba que él no tuviera intenciones de repetir lo de la noche anterior, antes de la boda. Era demasiado tarde para consolarse con la noticia. Peter logró lo que quería, la había sometido. La respuesta de Lali hizo que sus aseveraciones de odio y hostilidad fueran una tontería. Se sentía como si hubiera recibido el ataque de una fuerza vikinga. Peter la hizo suya para vengarse y saciarse, por lo que destruyó los preciosos recuerdos del pasado. Su acto de exorcismo le costó mucho a Lali: El añadió: — Uno de mis contadores arreglará lo de tu inversión en el negocio. — ¡No, no lo hará! – dijo Lali de inmediato — . Steven no pede comprar mi parte. — Ese es su problema – aseguró Peter y movió la mano de manera expresiva — . Durante el tiempo que duró la sociedad, él se aprovechó mucho de ti. — ¿De qué hablas? ¿Qué sabes tú? – preguntó Lali. — He mantenido un interés en tus asuntos y eso no ha sido desventajoso para ti – enfatizó Peter. Lali levantó la barbilla. — ¿Qué quieres decir con eso? — ¿En realidad quieres saberlo? – preguntó Peter — . En este momento ya no tendrías tu negocio, de no haber sido por ciertas medidas que tomé. Informé al gerente de tu banco, de forma confidencial, que yo garantizaría cualquier deuda o préstamo. Lali lo miró horrorizada. — ¿Cómo pudiste hacerlo? – preguntó ella, en un susurro. El suspiró. — No sufriste debido a ese arreglo cuando tuviste dificultades – indicó  Peter. — Ese no es el punto. ¿Cómo te atreviste a actuar a mis espaldas? – el orgullo de Lali salió a la superficie. Trabajó muy duro para ser independiente, y todo el tiempo Peter estuvo detrás, respaldándola. — Evans también estuvo bajo mis órdenes. Te lo digo porque aborrezco el engaño, pero me dejaste poca alternativa cuando no aceptaste que te ayudara. Lali creía que se ahogaba. Willard también... debió suponer que el cliente era demasiado bueno para ser auténtico. Siempre deseoso por comprar, nunca dejaba de aparecer por la tienda, mes tras mes. Era un empleado pagado por Peter para mantener a flote a Antiques Fayre. — ¿Cómo pudiste hacerlo? — Estabas en desventaja debido a las diferencias de tu socio, no por ti. Trabajaste para él como si fueras una empleada. — Eso no es cierto. Yo dirigí el negocio. — Entonces, ¿por qué él ha obtenido más beneficios que tú de las ganancias? – preguntó Peter. Pensé que vivías una aventura con él. No podía ver otro motivo para tal generosidad de tu parte. Lali lo odió por lo que decía. Siempre tuvo la sensación de que Antiques Fayre era en realidad de Steven. El fue quien comenzó el negocio. El era el irresponsable y extravagante, pero, siempre que estuvo en problemas, no encontró mejor amigo. No obstante, ella debió imponerse, e insistir en que Steven retirara un sueldo de negocio y nada más. — Si tu socio no te hubiera arruinado, creo que tu negocio habría sido un éxito. No debes culparte – comentó Peter. — ¡No me culpo! – era la última gota que derramaba el vaso el que Peter, desde el pináculo de sus millones, intentara consolar su orgullo herido— . Te culpo a ti por meterte en mi vida y tratarme como si fuera una niña desvalida. Si alguna vez hubiera necesitado ayuda, habría escrito a tus abogados. — ¿Desde tu tumba? – preguntó él con ironía — . Los dos sabemos que preferirías morir de hambre antes de aceptar mi ayuda. Fue más sencillo asegurarme de que estarías bien con una ayuda discreta. — ¡Gracias por nada! – exclamó Lali y pretendió salir de la habitación.

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