capitulo 32

— Que no te dejaré en paz. ¿Qué esperabas que le dijera? Tiene que acostumbrarse a lo que acaba de presenciar, pues es probable que lo vea muchas veces en el futuro. Es un hecho de la vida. — No de la mía – aseguró Lali y apretó los dientes. Cuando aterrizaron en Roma, llovía a cántaros. El hogar de los Lanzani era una casa campestre enorme e impresionante, oculta por altos muros. Lali permaneció en silencio cuando el coche cruzó las rejas. El patio estaba lleno de vehículos opulentos, por lo que resultaba evidente que la familia estaba reunida. La tensión de Lali aumentó. — Todo saldrá bien – dijo Peter — . Te lo prometo. — No estoy preocupada. La mayoría de ellos son unos trogloditas con demasiado dinero – comentó Lali. — ¿Qué es un troglodita? – preguntó Peter burlón. Con un dedo, Peter le apartó un mechón de cabello de la mejilla y ella sintió su aliento. — Tu cabello es como una puesta de sol...un atardecer glorioso y multicolor – murmuró Peter — . La primera vez que te vi lo imaginé cayendo sobre almohadas blancas... – Lali se humedeció los labios resecos. Peter inclinó la cabeza y pasó la punta de su lengua, de forma erótica, sobre los labios de ella, mientras la devoraba con la mirada — . Más tarde... – parecía que él saboreaba la palabra. Lali se dijo que eso no sucedería. Al volverse, reconoció al joven alto y moreno que los miraba. — ¿Mario? — Lali – dijo el hermano menor de Peter, y se inclinó para besarle la mejilla. Mientras ella estuvo ausente, Mario se convirtió en un hombre. Santino pasó a su lado y gritó: — “¡Nonna!”. Lali se quedó muy quieta en la puerta del salón, mientras miraba cómo su hijo corría hacia una mujer delgada que estaba sentada junto a la chimenea. Era la abuela del niño, Athene. Santino la abrazó con cariño y le tomó la mano. — Ven a conocer a mi mamá. Lali sintió en la espalda la mano de Peter que le impedía moverse hacia atrás. — El es su nieto favorito – manifestó Peter. Athene miró a Peter con orgullo fiero, el cual disminuyó al ver a la esposa que estaba a su lado. Depositó un beso frío en la mejilla de Lali. — Eres bienvenida – aseguró Athene. Condujeron a Lali hacia el interior del salón. Peter tenía tres hermanas y dos hermanos y entre ellos tenían unos treinta hijos, o al menos eso le parecía a Lali. La cuñada y los cuñados formaban también parte del clan Lanzani. Las hermanas y la cuñada educaban a los hijos e iban de compras como si no hubiera un mañana. El acercarse de nuevo a esa familia con ideas anticuadas, era como retroceder un siglo respecto a los derechos de la mujer y a una época en donde los hombres era los que decían la última palabra y las mujeres estaban satisfechas de que sí fuera. El dominio de Peter allí era supremo, ninguno de sus hermanos tenía la autosuficiencia de él, por lo que seguían como un rebaño. Sus hermanas lo adoraban y sus hermanos lo admiraban. Pedían su opinión hasta para las decisiones mínimas. El recibimiento cálido la sorprendió. Athene sonreía y Lali supuso que su infidelidad era un secreto dentro del círculo familiar. Santino insistió en presentarla con todos. — Santino es muy parecido a ti – comentó Carina, la hermana mediana de Peter. — ¿A mí? — preguntó Lali y rió, pues siempre veía a Peter al mirar a su hijo. Tenía el mismo color de ojos, el cabello negro y era más alto que los niños de su edad. — Tu sonrisa... él tiene tu sonrisa y tu alegría – insistió Carina — . ¿Qué se siente estar de regreso? — Un poco extraño – admitió Lali. Notó que ya no se sentía impresionada por la opulencia y la formalidad y comprendió que había madurado. — Me agrada que Peter y tú estén juntos de nuevo – aseguró Carina — . Mamá estaba...molesta por el divorcio y Peter se alejó de la familia mucho tiempo. El...se dedicó al trabajo.Peter es como mamá, demasiado fuerte...¿comprendes? — No – dijo Lali con franqueza. — El no puede inclinarse, no puede hablar de lo que en realidad siente...¿En dónde estaríamos sin que Peter nos dijera lo que debemos hacer? — No lo sé. — Peter es el demasiado de la familia. Nos sentíamos perdidos cuando estuvo demasiado ocupado para nosotros, mas creo que aprendimos que Peter tiene una vida propia – manifestó Carina y estudió el semblante de Lali — . Antes, si él no estaba en la oficina o fuera del país, lo encontrabas ayudando a alguno de nosotros.... Creo que descubrirás que esto ha cambiado.