Wednesday, February 10, 2016

capitulo 26

-¿Durante cuánto tiempo la cuidaste? -no pudo resistir preguntarle. Lali se lo dijo. -Una parte bastante larga de tu vida -comentó inexorable. -No me arrepentiré nunca de haberlo hecho. Peter exhaló un lento suspiro y miró hacia otro lado. -Hasta yo puedo darme cuenta de que jamás le pedirías dinero a Alejo -concedió-. Me equivoqué. Pensé que tenías una especie de doble vida, y ahora me doy cuenta de que lo que se ve, es lo que hay, y es horripilante. -¿Horripilante? -Digamos que no tenemos demasiado en común -le echó una velada mirada-. Muy pocas veces me veo forzado a apreciar lo que poseo al percibir un enfoque y una vida tan distintos a los míos. Lali se relajó al darse cuenta de que él ya no sospechaba de ella como antes. -Te debo una disculpa -dijo Peter con firmeza. -No importa. Era lógico que te lo imaginases. No puedes evitar que tu mente funcione de esa manera -dijo Lali, perdonándolo-. ¿Has sabido algo de Alejo? -No. ¡Por lo que yo sé, podría estar acampando bajo las estrellas en algún sitio! -no pudo evitar decir con preocupación. Lali se aclaró la garganta incómoda. Ahora que Peter estaba más accesible, insistiría en la cuestión del dormitorio. -Peter, creo que, cuando llegue Alejo, no le gustará nada encontrar que compartimos el dormitorio. -No seas ridícula. No vivimos como hace medio siglo. -Alejo tiene valores morales muy fuertes -señaló Lali suavemente, consciente de que Peter creía saber más de su padrino que ella-. Alejo vive en un mundo propio muy reducido, que se remonta a hace medio siglo. Estoy convencida de que se sentiría muy ofendido si compartiésemos una habitación bajo su mismo techo. Peter la miró impaciente. -No tienes idea de lo que dices. Alejo nunca ha cuestionado mi forma de vivir. Era difícil imaginarse a Alejo enfrentándose con Peter, a quien le tenía profundo respeto, aunque la reputación de mujeriego de su ahijado le causaba gran preocupación. Pero posiblemente nunca se había atrevido a decírselo. -Peter, no me siento cómoda con este tema del dormitorio -insistió valientemente Lali, titubeando ante la perspectiva de compartir la misma habitación con Peter, y ni qué decir de la misma cama. -Conozco a mi padrino mejor que tú. Actúa como si yo fuera Benjamin -sugirió Peter con una sarcástica mirada y abandonó la biblioteca. Una hora más tarde, Lali subió al dormitorio con una pila de libros polvorientos, deseando meterse en cama a disfrutarlos y entró en el baño a darse una ducha. ¿No estaría exagerando un poco? A Peter nunca se le ocurriría aprovecharse de ella. Cada uno dormiría en su lado de la enorme cama y si eran respetuosos y considerados, no tenían por qué resultar embarazoso. Cinco minutos más tarde se había puesto un atractivo camisón de seda verde agua y se hallaba metida en la cama con un enorme tomo de filosofía. Cuando Peter entró, estaba tan enfrascada en la lectura que ni se dio cuenta de ello. -No te preocupes por mí -dijo Peter, quitándose con calma la camisa. La sobresaltó ver su desnuda piel dorada y sus músculos flexionándose a un par de metros, y se lo quedó mirando fascinada. Conteniendo la respiración, trató de volver a la lectura, pero las letras le bailaban frente a los ojos. Imágenes de Peter desvistiéndose le aparecieron en la mente. Un calor como de miel derretida comenzó a extenderse por su estómago y la hizo temblar. Quería verlo desvestirse. Se quedó rígida al darse cuenta de ello, pero le costó trabajo no levantar la vista y mirar. Cuando la puerta del cuarto de baño se cerró tras él, inhaló varias bocanadas de oxígeno, la cara roja de vergüenza. ¿Sería aquello curiosidad sexual? Nunca había tenido la tentación de espiar a Benjamin. Gracias a Dios, se dijo odiando sinceramente el fuego secreto de culpable excitación que la mera presencia de Peter había desatado en ella. La cercanía continua a su atractivo animal había por fin hecho mella.

No comments:

Post a Comment