Sunday, February 14, 2016

capitulo 48

-Lo puse nervioso -dijo Peter, con una mueca de desagrado- . A esa edad yo era totalmente insoportable. Sin embargo, me dejó todo lo que tenía cuando murió al año siguiente, probablemente porque yo era su único hijo. -Entonces, ¿cómo es que terminaste trabajando para el banco de la familia? -Mi padre fue un playboy toda su vida, pero pretendía algo más de mí -dijo Peter con ironía-. Estipuló en su testamento que yo heredaría su participación en el Banco Lanzani si comenzaba desde abajo e iba subiendo. -¿Tu primera novia en serio? -preguntó Lali atrevida. -Yo tenía dieciocho. Me la encontré en la cama con mi mejor amigo. Te digo sinceramente que fue mi única novia en serio. -¡Te habrá dolido muchísimo! -murmuró Lali con rabia. -Sobreviví -dijo Peter, sonriéndole tierno y divertido-. Háblame de Benjamin -invitó. -¿Qué pasa con Benjamin? -pestañeó Lali. -Tengo curiosidad. -Le gusta el fútbol y los coches. Dentro de poco cumple veintidós años. Peter hizo una mueca de dolor sin que Lali se diera cuenta mientras deslizaba el dedo por el borde de la copa una y otra vez preguntándose para qué lo querría saber, -No es un genio de las finanzas, pero le gustaría. Todos los que él admira en el trabajo parecen serIo, así que se viste como ellos y tiene un viejo Porsche que realmente no puede mantener Lali sonrió con afecto-. Es adorable. Tomándola por sorpresa, Peter la abrazó y le besó la suave boca con urgencia fiera, casi enfadada. -Yo no soy adorable. Sintiéndose mareada, le miró el rostro con una secreta luz en los ojos. Durante una semana de increíble felicidad y satisfacción, Lali había aprendido mucho sobre Peter. Y se había enamorado aun más profundamente del complejo hombre que se escondía bajo esa morena cara de ángel caído. Era capaz de ser increíblemente dulce, honestamente cariñoso, pero siempre estaba dispuesto a huir, a esconderse rápidamente. Su perro, Spike, había sido un poco por el estilo al principio, reflexionó. Lleno de desconfianza e intranquilidad, temeroso de responder a sus caricias o expresar su afecto. -¿En qué piensas? -preguntó Peter en el momento menos oportuno. Lali  se ruborizó. Sabía que a él no le gustaría enterarse de que lo comparaba con un perro que de cachorrillo había sido maltratado por su cruel dueño. -No, no me lo digas -dijo, cerrándose a ella como si hubiera echado el cerrojo para no permitirle entrar. Pero ahora ya sabía qué hacer cuando aquello sucedía. Cerró los ojos y le echó los brazos al cuello, como si no se hubiese dado cuenta de las señales que se manifestaban en su rostro. -Nos vamos pasado mañana -dijo una hora más tarde, todavía en brazos de Peter. Estaba preocupada por la inminente operación de Alejo, pero también triste porque tenían que marcharse de la isla. -No. Nos vamos mañana. -Pero dijiste que nos volvíamos el treinta y uno. -Será treinta y uno en menos de cinco minutos -le informó Peter con ironía-. Necesitas un calendario. En algún sitio se te ha perdido un día. De repente, al pensar en calendarios, recordó algo que había relegado al fondo de la mente. Tenía un ciclo menstrual de veintiséis días y su período tendría que haberse iniciado ese día, pero había sucedido nada. Se le había retrasado. Quizás se le había alterado el organismo por el cambio de clima o la dieta, se dijo angustiada. ¿Y si no era así? ¿Y si había concebido el bebé de Peter aquella primera noche? -¡Accidenti! ¡Yo ya sería pobre si administrara un banco mercantil del modo en que aquí administran la unidad de cirugía! -protestó Peter, paseándose por la elegante sala de espera como un tigre enjaulado. -Alejo saldrá bien -lo tranquilizó Lali convencida.

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