Friday, February 12, 2016

capitulo 38

Después de lo que pareció una eternidad en que se besaron febrilmente hasta quedarse sin aliento, Peter levantó la cabeza. -El coche está detenido -observó, con expresión de extrañeza-. El chófer se ha ido. Mientras Peter se incorporaba y la ayudaba, Lali creyó surgir de una pasión arrolladora en la que había perdido el sentido. Con hábiles gestos, Peter le quitó la tiara, que se le había torcido, le acomodó el cabello y se la volvió a poner. -Será mejor que entremos. No podemos celebrar un desayuno nupcial sin el novio y la novia, cara - dijo, esbozando una sonrisa que le hizo dar un vuelco el corazón y retrasó su proceso de recuperación otros cinco minutos. Peter la ayudó a salir del coche y le acomodó los pliegues del vestido como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Luego, antes de que pudiera recuperar el aliento, se inclinó y la tomó en sus brazos. -¿Qué...? -Es la tradición, cara. Tranquilízate -dijo, leyendo la expresión ansiosa de su cara con divertida comprensión-, si alguna vez te llegas a poner a dieta, te obligaré a comer tarta de chocolate todas las noches. Como en una nube, se dejó llevar en brazos hasta la casa como una verdadera novia en el día de su boda. Alejo los esperaba en la entrada y observó su llegada con manifiesta alegría. Cuando llegaron hasta él, sonrió. -Bruce vino con tu correo, Peter. También trajo a una inesperada visita, que seguro será muy apreciada. No les he contado la noticia todavía. ¡Me encanta dar sorpresas! En efecto, cuando Peter entró en la semioscuridad del salón con la cola del precioso vestido de Lali flotando hacia un lado como un estandarte, el deseo de Alejo de sorprender a la gente se vio recompensado. El ayudante ejecutivo de Peter, Bruce Gregory, se acercó primero, vio a Lali con su vestido de novia y se quedó totalmente boquiabierto. -Cierra la boca, Bruce -murmuroPeter suavemente-, pareces uno de los pececitos de Lali. La visita inesperada surgió detrás de Bruce. Era una atractiva rubia vestida con una falda con estampado de leopardo y una camiseta haciendo juego que dejaba expuesto un ombligo con una exótica joya. Exhaló el aire sorprendida cuando vio a los novios. Por un momento su cara resultó la pintura de la incredulidad. -¿Petra? -exclamó Lali encantada-. ¡Peter, ésta es mi hermana, Petra! Entrecerrando los brillantes ojos, Peter se detuvo y miró a la rubia que ahora sonreía. -Hola Petra. ¡Qué pena que te hayas perdido la ceremonia por tan poco! -Petra... éste es Peter... Peter Lanzani -anunció Lali con orgullo de poder presentarle a su famosa hermana alguien digno de conocer. -Todo el mundo sabe quién es Peter  -dijo Petra con una mirada paternalista que intentó compartir con Peter, pero él simplemente la miró fijamente, sin mover un músculo de la cara. -¿Cómo supiste dónde estaba? -preguntó Lali, aún en brazos de Peter y momentáneamente cegada por el flash del fotógrafo que se acercó a tomar una foto de su entrada. -Dejaste tu dirección, querida, y cuando fui a casa de Peter me encontré con Bruce y lo convencí de que me trajera. Bruce esbozó una débil sonrisa de disculpa en dirección a su jefe, que le respondió con una mirada que lo hizo envararse. -Enhorabuena, Peter -logró decir-. Y, Lali, mis mejores deseos. Tengo que confesar... que ni me imaginé que esto sucedería. -Me has quitado la palabra de la boca -dijo Petra, con voz un poco chillona-. ¿Pero no te encantan las bodas? ¡A mí sí! Peter dejó al Lali en el suelo suavemente. -Discúlpame, cara, tengo que hacer una llamada urgente -le susurró en un discreto aparte. Petra cruzó el vestíbulo y le pasó un brazo por los hombros. -Realmente te he echado de menos -confesó, mientras Alejo miraba con cariñosa aprobación el afecto fraternal. Sorprendida por la inusual demostración por parte de su hermana, Lali rebosaba de alegría. -Yo te he extrañado también. ¿Qué tal California?

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