capitulo 58

-Cuando te vi en la puerta de la habitación, me di cuenta. Estaba enamorado de ti y no quería dejarte ir por si te me escapabas -confesó Peter mientras el color se le subía a las mejillas-. A la mañana siguiente me sentía genial, hasta que me dijiste que había sido un error y en el único que podías pensar era en Benjamin. Peter la amaba. Lali le enmarcó la cara con las manos. -Pensé que eso era lo que querías oír en ese momento. Perdóname. Si hubiese sabido cómo te sentías, nunca te lo habría dicho. Más tarde, no recordaba cómo habían llegado a la cama, ni cómo sus ropas habían desaparecido. Y después de hacer el amor con salvaje pasión, seguros en el amor que los unía, lograron volver a hablar. -Cuando fuimos a comer con Alejo y anunció sus planes de boda, sentí que era mi oportunidad, porque pensaba que seguías enamorada de Benjamin -explicó Peter, con los ojos llenos de amor-. Si lograba ponerte un anillo en el dedo, tendría la posibilidad de ganarme tu amor. -¿Te querías casár conmigo? -se asombró Lali, recordando la sinceridad con que la había persuadido que se casara con él. -¡Mamma mia! Si no lo hubiese querido, habría encontrado mil razones para convencerlo, empezando porque te merecías la alegría de organizar una boda como Dios manda. -Pero tuve una boda como Dios manda -le aseguró Lali-. Y una luna de miel genial. Pero... ¿por qué insististe que llamara a Benjamin en nuestra noche de bodas? -Estabas tan triste después de recibir esa estúpida carta que te mandó, que me diste pena. Me sentí culpable de negarte el contacto con él. A Lali se le llenaron los ojos de lágrimas. -Oh, Peter, si me querías realmente fue muy generoso de tu parte. -¡Fue un impulso estúpido! -la contradijo Peter- Cuando te oí tan cariñosa tranquilizándolo por teléfono, di un puñetazo a la pared y me clavé el abrelatas. -¡Ay, Dios! -le tembló la voz a Lali, que intentaba controlar la risa- ¡Tu pobre mano! -Me carcomían los celos. Finalmente lo admitía. Le dio un beso en el dedo como recompensa. -Aunque nunca me creí que me estabas usando sólo por el sexo, amore mio -informó Peter, apretándola contra él y rnirándola posesivo. -No. Ya sabía que me había enamorado de ti, pero no quería que te asustaras y alejaras de mí. Y terminé haciéndolo en Granada -se lamentó Lali. -Me disgusté tanto, que tuve que alejarme para poner en orden mis ideas. Y a la mañana siguiente vino Petra... -Ya sé, olvídalo -lo instó Lali. -Volvía a la clínica con el anillo de rubíes porque me habías dicho que significaba amor apasionado para declararte mi amor... ¿qué te pasa? -Ahora entiendo todo -suspiró Lali-. Viste la cuenta del hotel y te enteraste de que había llamado a Benjamin... -Fue como si me hubiesen retirado el suelo bajo los pies, y no me atreví a hacerlo. Pero cuando llegué a Londres ya me había tranquilizado e hice todo lo posible por mantener abierta la comunicación entre nosotros. También intenté poner a Spike de mi lado... -¿Así que el bebé fue una buena noticia? -¡La mejor del mundo! -exclamó Peter estrechándola entre sus brazos hasta hacerla perder el aliento.                      Fin