Sunday, February 28, 2016

capitulo 1

Un trueno retumbó. en una elegante casa de las afueras de Georgia. Pero su habitante, una mujer joven que estaba mirando por la ventana, no sintió ningún estremecimiento. Una experiencia penosa ocurrida dos días antes le había dejado insensible. Mariana Esposito tenía veintidós años, pero parecía tener cincuenta. La lenta enfermedad de su madre la había atormentado bastante, pero su pérdida no la había traumatizado. Sólo deseaba que todo volviera a su cauce, pero no se estaba dando cuenta de lo vacía que se estaba quedando su vida. Ahora no tenía a nadie. Su hermanastra se había ido a París esa misma mañana con su parte de la herencia. No habían tenido una relación muy íntima, pero Lali esperaba que después de lo ocurrido todo cambiase. Debería haberlo pensado mejor. Euguenia nunca había cuidado a su madrastra y siempre le decía a Lali que había suficiente dinero en la herencia como para pagar a una enfermera. Mucho dinero. Al oír esto, Lali se podría haber echado a llorar. Desde luego que lo había, pero fue hasta que el padre de Lali murió y su madre volvió a casarse con Nicolas y todos los negocios pasaron a él. Gimena nunca se había preocupado de las finanzas, excepto para asegurarse de que Peter no pudiera poner sus manos en las acciones de la sociedad de petróleo de Tejas que su padre y el de Lali habían creado. Lali temblaba al pensar en Peter. Ella siempre le había visto como un hombre tosco e invulnerable. Peter no había asistido al funeral, pero Lali sabía que le vería tarde o temprano. Lali se quedó mirando la lluvia que caía sobre las hojas de los árboles que estaban caídas en el suelo. Apoyó la frente en el cristal de la ventana y cerró los ojos. «Oh, mamá, nunca había conocido la soledad. Nunca la conocí», pensó Lali. Gimena tenía un cáncer que no respondió a ningún tipo de tratamiento, ni de radiación. Se puso muy enferma y Lalise hizo la fuerte y la cuidó para que no se muriera. Su madre había sido exigente y perversa y se mostraba siempre irritada e intolerante. Pero Lali la quería. Y estuvo cuidándola hasta que fue al hospital. Todo lo hizo casi sin ninguna ayuda de Euguenia porque estaba muy ocupada con su trabajo y no podía perder el tiempo yendo a casa. Tan sólo fue a coger la parte de dinero que le había quedado. Lali le recordó que los recibos del hospital y el médico habían disminuido los recursos de la familia. Pero entonces Euguenia le preguntó sobre las acciones de petróleo... Lali se pasó la mano por la nuca. Le dolía mucho la cabeza. Se sentía bastante mal porque no había descansado ni había comido. Las acciones de las que habló Euguenia quedaron grabadas en su mente. -Incluso tendrás que vender la casa, Lali. Está hipotecada hasta la última cosa -le había dicho Euguenia. -En cuanto se entere, Peter vendrá rápidamente a verme y tú lo sabes. -Es un hombre muy sexy -había dicho Euguenia-. Podría tener todas las mujeres que quisiera y lo único que desea es divertirse con el petróleo, el ganado y el bebé que tiene. -Katy no es un bebé. Tiene casi diez años.

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