Tuesday, February 23, 2016

capitulo 36

— ¿Qué piensas que intento hacer? ¡Quiero hablar contigo, deseo ser cortés! — Estás en el siglo equivocado – señaló Lali — . Ya comí suficiente – se puso de pie y salió del comedor. E su habitación, caminó de un lado a otro. Estuvo a punto de gritar su inocencia ante él, pero sabía que sólo hubiera logrado rebajarse ante los ojos de Peter, puesto que nunca le creería y no tenía pruebas para probar su inocencia. Por supuesto que él veía muy natural que Lali abandonara al placer físico en su cama, pues en su subconsciente siempre pensaría que si no se negó ante un extraño, no estaba en posición de negarse a su marido. Cuando más tarde, Lali salió del baño vistiendo una bata de satén color crema, Peter estaba recostado sobre su cama, completamente vestido. — ¿Qué deseas? – preguntó Lali. El la estudió tomándose su tiempo, mientras sus ojos brillaban por el deseo. Una sonrisa brillante apareció en los labios de Peter. — ¿Qué deseo? – repitió él con voz suave — . Sólo darte un beso de buenas noches en atención a la servidumbre. La próxima vez que hagamos el amor, serás tu quien venga a mí. — No habrá una próxima vez – aseguró Lali cuando él se puso de pie y la abrazó. Peter le acarició la boca con los labios, antes de besarla y ella se estremeció. Era como si al mismo tiempo estuviera en el cielo y en el infierno. Sentía sus fuertes muslos contra su cuerpo y no pudo evitar acercarse más a él. Se estremeció con violencia, dominada por las sensaciones que no podía controlar. Peter soltó una carcajada ronca, y la colocó sobre la cama antes de soltarla. En seguida, se apartó con una sonrisa burlona en los labios, mientras observaba cómo ella intentaba volver a la realidad. — No creo que estés hecha para llevar una vida de soltera, cara. Buona notte – dijo con énfasis sedoso. Lali gimió cuando la puerta se cerró. ¿Qué tenia Peter que lo hacía irresistible? Lali cerró las manos sobre las almohadas. Su cuerpo se derretía cuando Peter la tocaba. Se dijo que se debía a la holganza. Lo que necesitaba era una actividad sana y no lo que él sugería. Tenía que poner una barrera entre ellos, quedarse helada cuando él se acercara. Sin embargo, sentía la misma atracción química que sintió a los dieciocho años, la cual, por azares del destino era mucho mayor. Debería de ser lo bastante madura y manejar ese magnetismo sensual de Peter y verlo como era, un recuerdo de su juventud y un síntoma de frustración. Por desgracia, ninguno de sus esfuerzos para explicar su respuesta ante él, le ayudó a conciliar el sueño.}

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