Thursday, February 11, 2016
capitulo 34
Mientras se sentaba ante el tocador arreglándose el pelo, sonó un ligero golpe en la puerta y la
morena figura de Peter se reflejó en el espejo. Vestía un par de chinos color marrón claro y un
polo negro, que acentuaba el moreno de su piel. El estómago se le hizo un nudo al verlo tan
guapo.
-No hablemos de lo que sucedió antes -se oyó decir tensa-. Olvidemos lo que ha pasado.
-Lali,yo...
-Por favor, no digas nada más -lo interrumpió Lali rápidamente.
-No puedo olvidar lo que ha sucedido -aseguró bruscamente.
-Haz un esfuerzo. Te sorprenderás de lo fácil que es olvidar los errores. Quizás hasta ahora no
hayas cometido los suficientes, pero yo tengo amplia experiencia en ello -murmuró Lali-.
¿Cómo está Alejo?
-No lo he visto, pero parece que bien. Herminia me dijo que bajaría a comer -respondió Peter
impaciente-. Tenemos que hablar de esto, Lali. Necesito saber qué quieres decir.
-Fue un tremendo error -dijo Lali palideciendo-. Los dos estábamos turbados, tú habías
bebido, yo intenté consolarte... las cosas se fueron de las manos... ¿Qué otra explicación hay?
-¿Me estás diciendo que te fuiste a la cama conmigo porque te daba lástima? -dijo Peter con
furiosa incredulidad.
-No sé... -movió la cabeza confusa-. Aparte de lo obvio, no sé por qué lo hice -confesó
finalmente.
-¿Aparte de lo obvio? ¿A qué te refieres? -exigió Peter receloso.
-El tema de la lujuria -susurró Lali, sorprendida porque no se le hubiese ocurrido a él-.
Cuando me besas, no sé lo que me pasa.
El silencio se hizo opresivo.
Peter le apoyó las manos en los hombros y la levantó para que quedara frente a él. Los
maravillosos ojos de reflejos esmeralda la taladraron como misiles. Luego inclinó la arrogante
cabeza morena para besarla. Fuegos artificiales explotaron detrás de sus párpados cerrados,
haciendo que las rodillas se le aflojaran.
Peter la separó de sí, sosteniéndola por los delgados hombros.
-Es el tipo de problema que tenemos que resolver juntos -dijo rnirándola con ojos
engañosamente indolentes.
-Pensé que estarías furioso conmigo por aprovecharme de tu borrachera -admitió asombrada.
-No soy sexista en absoluto y además tengo bastante resistencia -dijo, cubriendo con las
larguísimas pestañas el brillo de sus ojos.
Todavía luchando por comprender el motivo de su beso, Lali se envaró cuando él la tomó de
la mano. Le deslizó la sortija de diamantes en el dedo.
-Te la dejaste en mi cuarto de baño. Tendrás que ponértela para que Alejo la vea.
Fue entonces cuando se dio cuenta por qué la había besado y por qué no estaba furioso.
Tenían que seguir haciéndose pasar por novios frente a Alejo. Así que cuando Peter le
agarró la mano posesivamente, no se sorprendió. Todo era parte de su actuación.
-No quería mencionarlo antes -le confió-, pero oí tu conversación con Alejo.
Peter la miró interrogante.
-¿Cuánto oíste?
-Lo suficiente como para darme cuenta de que te dejaste avasallar por Alejo. ¡Decirle a
Alejo que nos casábamos la semana que viene nos podría llevar a una situación bastante
comprometida!
Peter enrojeció violentamente y estuvo a punto de decir algo, pero cerró la boca con firmeza.
-Tendremos que decirle la verdad cuando se esté recuperando de su operación -suspiró Lali-.
Supongo que comprenderá por qué lo hicimos.
Peter le apretó la mano con fuerza.
-Cambiemos de tema un minuto antes de ir a verlo -murmuró-. Cuando hicimos el amor...
lali reaccionó como un animal acorralado ante el cazador.
-¡Pensaba que no discutiríamos ese tema más!
-Sólo una cosa -la miró Peter reflexivamente con sus penetrantes ojos verdes-. Me dio la
extraña y maravillosa sensación de que podía haber algo más que deseo.
Lali se ruborizó, humillada por lo que interpretó en esa aseveración, pero decidida a
asegurarle que ella no era tan tonta.
-No te preocupes por eso, Peter.
-¿No?
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment