Friday, February 19, 2016
capitulo 20
Peter señaló la silla y le dijo:
— Siéntate. Tomé precauciones contra cualquier deseo tuyo de terminar el matrimonio.
Firmarás un contrato legal en el que estarás de acuerdo en dejar a Santino bajo mi custodia si en
el futuro nos separamos.
— ¡No puedes pedirme eso! – exclamó Lali horrorizada.
— No te estoy pidiendo, te lo exijo – dijo él, con voz suave — . Si te comportas como una
mujer casada normal y como una buena madre, no tienes nada que temer de ese contrato.
Lali lo miró con sospecha.
— Estás planeando esto para quitarme a Santino – lo acusó — . Quieres hacer mi vida tan
miserable , que desearé alejarme.
— No le haría eso a mi hijo – respondió Peter — . Es natural que haya tormentas entre
nosotros ahora, mas con el tiempo desaparecerán. Si te comportas como es debido, no tengo
la menor intención de hacer que tu vida sea imposible – hizo una mueca, como si el solo hecho
de seguir tal comportamiento, fuera un insulto.
— Me sentiré infeliz – murmuró Lali. Estaba a punto de llorar.
— ¿Por qué? – preguntó Peter — . Tendrás una casa hermosa, a tu hijo, mucho dinero... ¿ y
todo por qué precio? ¡Soy yo quien sacrifica su orgullo al aceptarte de nuevo a mi lado!
— ¡Como caen los poderosos!... — comenzó a decir Lali.
— ¡No me provoques! – pidió Peter — . Firmarás ese contrato, venderás el negocio que
tienes con Glenn. Empezaremos de nuevo.
Si Lali no recordara el desprecio de él el día anterior, tal vez viera con buenos ojos esa
reconciliación, por el bien de Santino.
— No puedo vender y no lo haré – aseguró ella.
— Hablaremos de eso en otra ocasión – comentó él, con impaciencia y ella respiró
profundo.
— ¿En dónde piensas que vivamos?
— Todavía no lo he decidido – respondió Peter.
— No volveré a vivir con Athene – aseguró Lali y en el rostro de Peter apareció una
expresión de burla.
— ¿Por qué te llevaría a vivir allí? Ya no eres una adolescente.
— Tú se lo dijiste a ella – murmuró Lali y bajó la cabeza.
— No se lo dije a nadie, sin embargo, tu hermana...no fue muy discreta. Hubo rumores, no
confirmados, pero dañinos – al escucharlo, Lali se negó a creer que Vickie hubiera hablado,
mas resultaba evidente que lo ocurrido se supo. ¡Eso debió de ser muy humillante para Peter!
Un poderoso industrial traicionado por su esposa adolescente — . Por supuesto que
volveremos a tener nuestra casa. Cuando nos casamos por primera vez, inocentemente creí
que estarías mejor viviendo con mi familia, libre de responsabilidades al no tener que
encargarte de una casa. No comprendí que no le agradabas a mi madre. No siempre resulta
sencillo ver las faltas en alguien cercano a uno.
— Yo te lo dije – comentó Lali.
— Sí, sé que lo hiciste, pero fue hasta que atestigüé su alegría ante la ruptura de nuestro
matrimonio, cuando comprendí que no habías exagerado – era algo quePeter no hubiera
admitido cuatro años antes y eso emocionó en cierto grado a Lali.
— Ella...tu familia...se impactará al enterarse de que volveremos a casarnos – dijoLali y
tragó saliva.
— Soy la cabeza de mi familia. Espero que tú y ellos se comporten como es debido cuando
vuelvan a encontrarse. No doy cuenta de que mi vida privada a nadie – se inclinó, recogió el
abrigo que momentos antes le quitara y se lo entregó — . Son casi las cinco, necesitarás
tiempo para arreglarte para la fiesta – la ayudó a ponerse el abrigo y Lali sintió la tentación de
apoyarse contra el cuerpo fuerte y llorar por lo que hizo en el pasado y la incapacidad de Peter
de aceptarlo.
— ¿Sabes?...aquella noche... – empezó Lali. Hizo una pausa y se humedeció los labios
— , en casa de Vickie – él apoyó las manos sobre sus hombros tensos — . Ese hombre...no
hicimos el amor...lo sé. No recuerdo mucho, pero eso sí sé.
Peter permaneció un momento en silencio y después dejó escapar el aire.
— Sería mejor que no vuelvas a mencionar aquella noche – al escucharlo, Lali se volvió.
Comprendió que él no le creía, o que tuvo razón al pensar que el estar en esa situación fue
suficiente para Peter — . El coche está esperándote. Te veré más tarde.
El apartamento casi no había cambiado, todo estaba como ella lo recordaba, excepto por
un par de pinturas nuevas y la decoración de la sala. Humberto, el mayordomo de Peter, parecía haberla visto el día anterior, ya que no demostró sorpresa y la acompañó con cortesía
hasta una de la habitaciones para invitados. Le abrió el guardarropa para mostrarle la ropa que
allí estaba colgada. En los estantes había accesorios, y varias cajas con ropa interior estaban
cerradas sobre la cama. La eficiencia de Peter no la sorprendió. Para él, tales gestos resultaban
sencillos, sólo tenía que usar el teléfono.
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