Friday, February 26, 2016
capitulo 56
— Tal vez debí avisarte que vendría – dijo Athene. Lali la llevó a un pequeño recibidor,
pues estaban redecorando la sala — . Si no es una pregunta impertinente, ¿quién era el
hombre que te visitó? – sorprendida, Lali la miró — . Tu ama de llaves es parienta de una de
mis sirvientas y esas noticias viajan con rapidez.
Lali se ruborizó y se dijo que Athene podía compararse con el iceberg que hundió al
Titanic. Le dio una explicación a Athene, insistiendo en la existencia de Bárbara en la vida de
Steven. La mirada fría de Athene fue un poco más cálida.
— ¡Ah! Eso tiene más sentido. No pareces muy feliz con la ausencia de mi hijo.
— Eso es asunto de opiniones – respondió Lali con orgullo.
— Todavía no estoy senil –aseguró Athene y casi sonrió — . La ropa que usas sólo puede
ser una explicación de pena – hizo una pausa — . No me resultó sencillo venir. Tú y yo sólo
tenemos algo en común: A Peter, y vine por el bien de él.
— Peter me dejó... – comenzó Lali, y Athene movió una mano.
— Creo que no es necesario que me des detalles. Desde el primer momento en que te vi,
hace seis años, supe que Peter y tú sólo podrían tener una relación tormentosa. Dada tu
personalidad, nada más era cuestión de tiempo para que comenzaran los problemas...
— ¿Mi personalidad?
— Eres demasiado defensiva. ¿Me dejarás hablar? – preguntó Athene — . Si Peter se
hubiera casado con una joven más tranquila que se contentara con agradarlo, es probable que
el matrimonio hubiera durado. Tu eras muy comunicativa y alegre y Peter sentía que no podía
confiar en ti. La falta fue de él. Pude haber puesto un alto al hablar con él, pero escogí
conservar mi dignidad, por lo que no intervine...
— Me temo que no comprendo a qué se refiere – dijo Lali y suspiró. Athene sonrió.
— Habrás notado que Peter y yo no estamos muy unidos. ¿Alguna vez te preguntaste el
motivo? Peter fue mi primogénito y mi favorito; sin embargo, creo que su lealtad siempre fue
primero para su padre. No obstante, cuando era niño éramos bastante unidos, hasta que
ocurrió cierto episodio – su voz se escuchaba dudosa — . Perdí el respeto de mi hijo. ¿Te
habló él de ello?
Lali estaba sorprendida por las palabras de Athene y se maravillaba de que hubiera
podido hacer algo que la hiciera caer ante los ojos de su hijo.
— Peter no me hubiera dicho algo de esa naturaleza, a menos que de que fuera necesario
que yo lo supiera – murmuró Lali y Athene suspiró.
— Una necesidad que él no hubiera reconocido, además, ha hecho todo lo posible por
olvidar el episodio. Cuando me casé con el padre de Peter, Lorenzo, lo admiraba mucho. Era
apenas una adolescente cuando comprendí que el mayor deseo de mis padres era que me
casara con el hijo de sus mejores amigos. No fue un matrimonio arreglado, aunque sí
esperado.
— ¿Fue infeliz con el padre de Peter? – preguntó Lali sorprendida.
— Cuando me enamoré, por primera y única vez en mi vida, fue cuando fui infeliz –
respondió Athene. El rostro de Lali se tensó al comprender que Athene admitía haber amado
a otro hombre.
— ¿Por qué no yo? – continuó Athene — . Nadie nace siendo santo. Me sentía satisfecha
con Lorenzo, él era un buen hombre y un marido fiel y me amó hasta el día de su muerte.
Nunca supo que durante unas cuantas semanas de nuestro matrimonio yo tuve una aventura
con otro hombre. Le hubiera causado un gran dolor descubrir ese secreto. El siempre me tuvo
una fe ciega.
Lali comprendió que a Athene le costó un gran esfuerzo hacer esa confesión.
— Nos conocimos casi por accidente – siguió Athene — . El era un hombre de negocios,
aunque no rico. Para mí fue algo como una locura, no pensé en las consecuencias cuando me
involucré con él. Cada momento que podía robarle a mi familia lo pasaba al lado de Tomaso y
fue inevitable que nos descubrieran.
La voz de la mujer era casi un susurro.
— Deseaba con desesperación estar con él en algún sitio en donde estuviéramos a solas.
Teníamos una casa de campo en Cannes. Peter estaba en un internado en esa época y pasaría
allí conmigo sus vacaciones. Hubo un epidemia en la escuela y lo dejaron salir antes de
tiempo. Peter fue a la casa de campo para sorprenderme y me encontró en los brazos de
Tomaso. Entonces tenía apenas trece años y yo quedé aterrada pensando que podría
decírselo a su padre.
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