Thursday, February 11, 2016
capitulo 33
-Dios... no puedo aguantar más -rugió Peter. Cuando se arqueó encima de ella, el ardiente y
duro empuje de su invasión la tomó por sorpresa. La sensación le resultó tan nueva que se
quedó petrificada y luego él la penetró más profundo y el agudo dolor arrancó un grito
sorprendido de sus labios. Peter se quedó helado por la sorpresa.
-¿Soy el primero...? -exclamó.
Cuando el dolor disminuyó, ella se movió debajo de él sin querer hablar, deseando gozar de la
increíble sensación de tenerlo dentro. Y ese pequeño movimiento destruyó el poco autocontrol
que Peter había conseguido al darse cuenta de su inocencia. Con un gruñido la penetró más
profundamente todavía con apasionada urgencia, incapaz, igual que ella, de desobedecer a su
propio cuerpo. Y juntos capearon la tormenta de sus emociones. Lo que importaba era que él
no parase, que satisficiera el anhelo que había desatado en ella.
La llevó hasta un clímax que la hizo gritar de éxtasis, con el convulso cuerpo deshaciéndose en
lo que parecieron mil pedazos cuando él dio el último empujón.
Luego Lali sintió que caía y caía en un sinfín de capas de algodón. Y aunque luego recordó
vagamente que Peter intentaba despertarla para hablar, no se pudo mantener despierta en
brazos de la paz más placentera que jamás había sentido.
Lali
se despertó cuando la sirvienta abrió las cortinas.
Pestañeó adormilada y comenzó a sentarse. Entonces se dio cuenta de que no se hallaba en la
habitación de Peter.
-La comida estará lista en una hora, señorita -le informó la sonriente mujer en perfecto inglés-.
El señor Lanzani me ha pedido que la despierte.
Una repetición en tecnicolor de lo que había estado haciendo antes del amanecer con Peter la
asaltó. Oleadas de vergüenza la recorrieron. No podía comprender cómo, apenas unas horas
antes, hacer el amor con Peter le había parecido tan natural e inevitable.
Peter había estado bebiendo, y no era la persona racional y poco emotiva de siempre. Pero
incluso en ese estado, Peter había intentado detenerse, más de una vez había tratado de
hacerla entrar en razón. Recordó con el corazón oprimido cómo le había arrancado los botones
de la camisa, descartando toda inhibición. ¡Oh, Dios mío! ¿Cómo podría mirarlo a la cara otra
vez?
El Peter que ella había conocido en la madrugada era un Peter vulnerable. El susto por el
colapso de Alejo y su propia conciencia habían derrumbado sus defensas. Al besarla, había
sucumbido a una tentación momentánea y ella había malinterpretado la situación totalmente.
Lo único que Peter quería era un poco de calor humano, pero, al ser como era, había
expresado su necesidad como una invitación sexual. Tendría que haberle dado un abrazo, o
hablado... Todo había sido culpa suya. ¿Cómo podía culparlo a él? De ninguna manera podía
hacerlo responsable por algo que ella le había ofrecido gratuitamente.
Se había sorprendido tanto cuando se dio cuenta de que ella era virgen. Lali emitió un gemido
frustrado. Seguro que cuando le hablaba y ella se quedó dormida le estaba diciendo que no
tenían que haber hecho lo que hicieron. De repente se sintió agradecida por que la hubiese
sacado de su habitación y llevado a la de huéspedes.
Se deslizó de la cama y se dio una ducha. Luego se puso un elegante traje azul sin mangas,
sintiendo con cada minuto que pasaba cómo aumentaba el torbellino de sus sentimientos.
¿Por qué había tirado por la borda todos sus principios y vivido el momento sin pensar en las
consecuencias? ¡No había pensado en Benjamin ni una vez! Claro que con Benjamin nunca habían
pasado de la amistad. Y era evidente que su propia naturaleza era más física de lo que nunca
hubiese sospechado. Seguro que por eso había perdido el control con Peter.
Había sucumbido a lo que Peter había descrito antes como «pura lujuria». Se estremeció al
recordarlo, pero era la pura verdad. Peter le había despertado el deseo sexual.
Era mejor enfrentarse a la verdad desnuda que tratar de buscar tontas excusas sentimentales,
como pensar que se estaba enamorando de Peter. ¿Acaso no se le había pasado por la
cabeza mientras se dormía en sus brazos?
Pero no se estaba enamorando de Peter. Ella estaba enamorada de Benjamin, ¿o no? De repente,
no supo qué pensar. Pero quería ver a Benjamin otra vez y reforzar lo que sentía por él. Amar a Benjamin a la distancia era seguro. Amar a Peter sería suicidio emocional. ¿Cuántas veces se lo
había advertido Peter?
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