Monday, February 15, 2016

capitulo 1

Santino se adelantó a sus acompañantes y se abrió paso entre la multitud para lanzarse a los brazos de su madre. — Te extrañé – dijo el niño y hundió la cabeza oscura bajo la barbilla de ella, pasa así ocultar sus lágrimas. Lali lo abrazó con fuerza. El estuvo con su padre durante todo un mes. Lali observó el calendario durante cada día de su ausencia, resintiendo el poco habitual silencio que había en la cabaña y el vacío de los fines de semana. Cuando despacio colocó sobre el suelo a su pequeño de tres años, notó a los dos hombres que vestían trajes oscuros y que estaban a corta distancia. Eran la escolta de Santino. Uno de ellos se adelantó y señaló con frialdad: — En realidad no era necesario que viniera al aeropuerto, signora. Hubiéramos llevado a Santino a casa como lo hacemos siempre. El hombre estudiaba con insolencia y sus ojos oscuros recorrían su cuerpo. Sin poder evitarlo, Lali se ruborizó. Sabía que no debería de permitir al personal de seguridad de Peter que la amedrentara, mas lo hacía. Para ellos, ella no era una persona importante, sino la ex esposa olvidada, quien ni siquiera disfrutaba una relación afectuosa con su jefe, después del divorcio. Podían darse el lujo de ser tan rudos y superiores como quisieran, pues sabían mejor que nadie que Peter ni siquiera recibiría una llamada telefónica de ella. Las probabilidades de que la mujer se quejara, eran mínimas. Haciendo un esfuerzo, ella se levantó la barbilla y manifestó: — Quise venir al aeropuerto. — El señor Lanzani prefiere que llevemos a su hijo a salvo hasta la puerta de su casa, signora. — Soy perfectamente capaz de llevar a mi hijo a casa – aseguró Lali, y con toda deliberación se volvió, pues no quería un enfrentamiento en el centro de Heathrow. — Hasta que el niño llegue a casa, es nuestra responsabilidad – insistió el hombre y colocó una mano sobre el hombro tenso de ella. Lali no podía creer que eso sucediera. Que uno de los hombres de seguridad la intimidara y tratara a su hijo como al pequeño Lord Fauntleroy. Santino era su hijo, y aunque también lo fuera de Peter, ¿tenía ella que soportar ese trato? Arruinaba por completo la llegada de Santino a casa. Lali era consciente de que los ojos de color verde de su hijo estaban fijos en su rostro y que la miraba con ansiedad. Lali intentó controlarse. — Cuando yo estoy aquí, él es mi responsabilidad – aseguró Lali y en su boca apareció una sonrisa forzada — . En realidad, esto es ridículo. Y sólo porque decidí venir a recibirlo al avión... El otro hombre también se adelantó. En una mano llevaba la maleta de Santino. Los dos hombres intercambiaron unas palabras en italiano y Lali sintió deseos de asesinarlos. Los últimos cuatro años fueron muy difíciles para ella y lo que no podía aceptar, era que cada vez resultaran más complicados. Celosamente,Peter trataba de mantener a su lado a Santino cada vez por períodos más largos y el abogado de Lali era una persona muy introvertida que le decía que no debería de provocar la hostilidad de su ex esposo. — Al señor Lanzani no le agradará – habló el hombre mayor por primera vez. Lo hacía como si Peter fuera Dios o tal vez el demonio, se dijo Lali. La gente siempre empleaba ese tono impresionante de voz cuando se referían a su ex marido. Lali llegó al punto en que sentía que la sangre se le helaba en las venas siempre que lo mencionaban. Peter se convirtió en una persona remota e intocable, con incalculable poder de influencia, mucho antes que se divorciara de ella. Resultaba humillante reconocer que la manera como Peter la trataba en los últimos años, la dejaba petrificada.

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