Monday, February 15, 2016

capitulo 53

-¡Oh, no! ¿Quién le ha dicho que estábamos casados? -exclamó Lali consternada, mirando a Peter con preocupación-. ¡Era un secreto! -Todo el mundo en el banco lo sabe también -le dijo Peter, con aire de disculpa. -¿Bruce se fue de la boca? -preguntó Lali, abriendo los ojos como platos- ¡Qué terrible para ti, Peter! -Lo llevo sorprendentemente bien, considerando los problemas que ha creado... -confesó Peter, apoyándole una firme mano en la espalda para conducirla hasta el estudio, con Spike a sus talones. -¿Problemas? -Regalos de boda, invitaciones que nos han mandado a los dos... Peter cerró la puerta y se apoyó contra ella cuadrando los hombros. -Venga, dame esa terrible noticia. No me tengas en ascuas más. Lali lo miró trágicamente, cansada de tantas emociones, del viaje y la presión de las últimas semanas. -Ojalá no hubiera sido tan tonta de permitir que pensaras lo que pensaste. Sabes, ni siquiera estaba tomando la píldora -admitió nerviosa, y esperó que Peter sacara la conclusión lógica. Peter la miró intensamente. -¿Qué tiene eso que ver...? Lali  se sintió desfallecer y se tambaleó ligeramente. -¡Te has puesto pálida! -exclamó Peter dando un paso adelante y sujetándola con cuidado para hacerla sentarse en el sofá. -Estoy embarazada -dijo Lali sin expresión, mientras él se ponía a su lado. -Embarazada -repitió, como si nunca hubiese oído la palabra antes. -La noche en que Alejo tuvo el infarto -le record Lali en un susurro, esperando su reacción. -Estás embarazada -los ojos de Peter relucieron plateados-. De repente me siento casi mareado -dijo tembloroso-. Tienes a mi bebé ahí dentro. -Después de una noche solamente -suspiró Lali, mirándose las manos entrelazadas en el regazo. Peter le separó las manos para entrelazarle las suyas. -Dio ... sólo esa vez, cara mia -dijo con un tono muy extraño. -Estás disgustado. No te culpo. Todas las otras veces tomaste precauciones... -se quedó callada con evidente vergüenza. -Está claro que el destino ha intervenido aquí -con una alegría que sólo podía ser para que ella no se sintiera ofendida, pensó Lali-. Está claro que no estás mirando el lado positivo. Al fin y al cabo, estamos casados, aunque nadie lo diría, al ver que no llevas anillos -reclamó, suave como la seda. -Me los quité en cuanto me despedí de Alejo. Pensé que nuestro matrimonio tenía que permanecer en secreto -explicó, perpleja ante el giro que había dado la conversación y esperando que en cualquier momento explotara. Peter se levantó de un salto y la tomó de los brazos. -Estás cansada, tienes que acostarte. -Tenemos que hablar de esto ahora. -Cuando estés más cómoda. La llevó arriba, a su dormitorio y la hizo sentarse en la magnífica cama con dosel. -No has dicho nada de lo que pensaba que dirías. Tienes un autocontrol impresionante -dijo Lali tristemente. -Perdón por decírtelo, pero tu mente funciona tan distinto de la mía que no me comprendes demasiado -declare Peter apesadumbrado, mientras le quitaba los zapatos y la chaqueta. -Dime lo que tengas que decir -insistió Lali con ansiedad. -Después de que duermas una siesta, cara. Casi te desmayas abajo y todavía estás muy pálida. Hay mucho tiempo para hablar. Lali hundió la cara en la almohada. -Deja de ser tan bueno conmigo -le dijo con voz dolida-. Me haces sentir peor. Sé lo que sientes, lo que pasa es que escondes tus sentimientos mejor que yo. Peter le acarició el pelo. -A dormir -murmuró con ternura-. Si te sirve de consuelo, yo también pensaba que te leía como un libro abierto, y luego descubrí que en tu forma de pensar no existe la lógica. Es una cuestión de impulsos, de reacciones momentáneas...

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