Friday, February 26, 2016

capitulo 57

Demasiado tarde, comprendí lo que había hecho. Me alejé de Tomaso y nunca volví a verlo, pues tenía que pensar en mis hijos y en mi esposo. Peter guardó silencio, comprendió que si hablaba lo único que lograría sería herir a su padre y desilusionarlo. Al escuchar la triste confesión, Lali supo que no debería de demostrarle compasión, puesto que la señora no se la aceptaría. Athene suspiró y añadió: — Peter no me traicionó, pero ese día perdí al hijo que amaba y respetaba a su madre. Nunca volvió a mencionar el incidente. ¿De qué otra manera podría comportarse? El amor que sentía por su padre lo obligaba a guardar silencio. Ese día Peter maduró, pues aprendió que las apariencias engañan. Ahora comprenderás por qué para él resulta muy difícil confiar en una mujer. Lali comprendió que Peter se divorció de ella y no se acercó debido a que temía terminar en la posición débil en que estuvo su padre durante su matrimonio. La alejó de su vida para evitar ese peligro. — ¿Por qué me habla de esto? – preguntó Lali. — Por Peter...es el pago de una deuda – dijo Athene con énfasis — . Ahora tal vez te acerques a él para decirle que en tu vida no hay otro hombre. — No es tan sencillo como eso...Peter no me ama – dijo Lali. — ¿Eso importa si él te necesita? – preguntó Athene, como si fuera una leona que defiende a su cachorro — . ¡Si hubiera una cura para que él te olvidara, yo se la hubiera dado! Eres la única debilidad de Peter. No sé cómo pudo estar alejado de ti durante cuatro años... y tú dices:”El no me ama” – la imitó — . ¿Crees que me resultó fácil venir aquí a pedirte ayuda? El está en la isla y cuando lo vi la semana pasada, estaba ebrio. ¡Mientras tú pintas tus paredes, mi hijo se rompe en pedazos! Cuando Athene se encaminó a su coche, Lali imaginó a Peter de pie junto a la puerta, aquel mismo día...El no habló, sólo la miraba por última vez. Recordó que él le dijo: “Nunca estás conmigo cuando te necesito”. Lali sintió un nudo en la garganta. Se dijo que si Peter tenía problemas, ella iría a su lado y una vez más apartaría su orgullo. Esa noche cuando bajó del helicóptero y el piloto colocó el cuerpo dormido de Santino en sus brazos, Lali pensó que se apresuró demasiado para ir al lado de Peter. No lo llamó, no quería que Peter tuviera tiempo para prepararse para su llegada. Sofía salió a recibirla, vestía camisón y la seguía Spiros. Lali colocó a Santino en los brazos de Spiros y suspiró. Creía que Peter aparecería sorprendido por su arribo inesperado, mas no fue así. Sofía intentó persuadirla par que se fuera a la cama. Un rayo de luz salía por debajo de la puerta del estudio y al verlo,Lali la abrió. Las cortinas estaban cerradas y el aire invadido por el olor a whisky. Peter estaba en un sillón y Lali no necesitó preguntarse por qué él no salió a recibirla. No se había afeitado en días y tenía una palidez enfermiza. Estaba más delgado y la veía sin enfocar la vista, como un borracho que acepta la presencia de elefantes color de rosa. — ¡Oh...Peter! ¿Cómo pudiste hacerte esto? – murmuró Lali con pesar. Corrió las cortinas y abrió las ventanas. Pisó algo y se inclinó para recoger una fotografía arrugada, en la cual ella salía de la tienda charlando animada con Steven. Peter murmuró algo incoherente, cerró los ojos y volvió a abrirlos. — ¿Lali? ¡No vuelvas a irte! Lali se colocó frente a él con los brazos cruzados. — ¿Me amas? – exigió, con voz temblorosa, segura de que él le revelaría la verdad, debido a la condición en que se encontraba. — Desaparecerás si digo que sí – murmuró Peter con voz acusadora. — No desapareceré, estás equivocado – protestó Lali. Peter se pasó los dedos temblorosos por el cabello. — Sí – respondió él. — Entonces, silo – pidió Lali. — Te amo – logró decir Peter — ...te amo demasiado para aferrarme a ti. — ¡No...no! – exclamó Lali — . Eso es típico en ti, Peter. Ni siquiera puede pronunciar esas dos palabras de la manera como yo quiero escucharlas. He esperado seis años...y durante esos seis años, sólo una vez las pronunciaste, pero en tiempo pasado...y ahora las dices condicionadas. Si tuviera un poco de orgullo, no estaría aquí dispuesta a decirte te amo...— Lali se apartó, impresionada por haber perdido el control. — La alucinaciones no gritan... – dijo Peter, se puso de pie. — No fue mi intención gritar – respondió ella con voz temblorosa. Peter extendió la mano para tocarle el cabello.

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