Tuesday, February 23, 2016

capitulo 38

Lali tenía un fuerte dolor de cabeza cuando despertó. Con debilidad se volvió para mirar el reloj sorprendida. Estaba en su habitación. Su camisón estaba sobre la silla, como si nunca se lo hubiera puesto. Las cortinas cerradas impedían la entrada de la brillante luz del mediodía. Era como si la noche anterior existiera sólo en su imaginación, mas la languidez de su cuerpo le decía otra cosa. ¿Era un sueño en el que hubo algo mágico en esas horas pasadas? ¿Por qué pensó que podría resistir a Peter? El encendió la mecha y ella se quemó, incapaz de negarse. Tenía por delante un sinfín de caídas y remordimientos de conciencia por las mañanas. Tragó saliva al pensar en todas las aventuras que sostuvo Peter desde el divorcio y sintió enfado. Ella era su peor enemiga, ¿por qué culparlo a él? — ¿Dormiste bien? – preguntó Peter y dejó de leer un periódico griego cuando ella cruzó la terraza. — Sí – respondió Lali y miró su rostro en busca de una sonrisa cálida. — Bien – dijo él y volvió a fijar su atención en el periódico — . ¿Podrías decirle a Sofía que quiero almorzar temprano? Desconcertada y con los ojos llenos de lágrimas, observó su vestido azul claro que con tanto cuidado seleccionara, se dio vuelta y entró de nuevo en la casa. La noche anterior, Peter durmió con su esposa, ¿qué esperaba? ¿Un ramo de flores sobre la almohada? ¿Algún gesto romántico y amoroso? Lo sucedido la noche anterior tal vez fue importante para ella, mas no lo era para Peter. Debió recordar que para él el sexo era algo natural y como dijera Peter, ¿por qué no usarla si la acusó de que ella hizo lo mismo con él? Avisó a Sofía del almuerzo y mencionó que le dolía la cabeza, por lo que pidió que le enviaran una bandeja a su habitación. Se miró al espejo. ¿Cuántas veces buscó su alma en un espejo durante todos esos años desde que conociera a Peter? ¿Cuántas veces se preguntó por qué su vida era un tumulto? El amor era una emoción cruel para los desafortunados. Era el amor el que la tenía en ese estado ahora, pues nunca logró ahogar el amor que sentía por Peter. — Sofía me dice que no te sientes bien – comentó Peter. — Es sólo un dolor de cabeza, me acostaré un rato – dijo ella con voz normal y se volvió. Peter estaba en la puerta y la preocupación se reflejaba en su rostro — . Déjame, estaré bien – insistió Lali cuando él continuó mirándola. — ¿Estás enamorada de Steven Glenn? La pregunta inesperada la tomó por sorpresa. — ¿Por qué piensas eso? — Sentí curiosidad y sería mejor que no hubiera secretos entre nosotros – respondió él. — Tienes todo lo demás, Peter, y me temo que no tienes acceso a todos mis pensamientos – manifestó Lali. El la miró con ira. — Entonces comprenderás si e el futuro no te permito que regreses a Inglaterra – dijo Peter y se fue. Lali sintió amargura. ¿Cómo podría pensar Peter que ella amaba a otro hombre y se abandonaba a él? Eso dejaba muy en claro lo que pensaba de ella. Para Peter, era una mujer promiscua. Querría asegurarse de que no hubiera otros hombres y la haría vigilar como si fuera una ladrona, cuando él estuviera fuera del país. Nunca confiaría en ella. Sin embargo, Lali comprendía por qué él podía vivir con la deficiencia moral que pensaba ella tenía. Era su debilidad, no la de él. ¿Cuándo la vigilaron, eso también incluyó una foto de Steven? Una sonrisa apareció en los labios de Lali, Steven era un hombre muy guapo. ¡Que Peter viviera con su sospecha! Al regresar a la terraza, después del almuerzo, Peter no estaba allí. — Kyrios Lanzani se fue a pescar – la informó Sofía. Lali tomó unos binoculares y lo localizó en la bahía — . Fue con el viejo Andreas como cuando era niño. Mediante los binoculares, Lali vio a los dos hombres en una vieja lancha y notó que el sol brillaba sobre la lata de cerveza que Peter tenía en la mano. Dejó los binoculares y pasó tomando el sol. Peter regresó poco antes de la cena y al pasar junto a ella sonrió de manera sensual y dijo: — No tardaré en cambiarme. Durante la cena, Peter charló animado, parecía que su conversación anterior nunca se llevó a cabo. Cuando Lali se fue a la cama, se preguntó cómo lograría sobrevivir a otra demostración de la autosuficiencia de Peter. A él no le importaba si ella amaba a otro hombre, la tenía en cuerpo y no necesitaba su espíritu. Lali estaba casi dormida cuando él se acercó y su protesta fue silenciada por la caricia tierna de su boca. Si la noche anterior él estuvo tormentoso y apasionado, esa noche era todo seducción y silencio. Esa vez, Lali se percató de la manera como él se apartó y regresó a su dormitorio. Parecía que Peter no soportaba la intimidad de dormir con ella.

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