Thursday, February 11, 2016

capitulo 31

Volvió a entrar en la habitación y se quedó junto a la cama de Alejo hasta que a las tres de la mañana Herminia entró con una expresión de preocupado afecto en los ojos y le indicó que ella la reemplazaría. Lali se fue al dormitorio preguntándose dónde estaría Peter. ¿Se habría ido a una de las habitaciones de huéspedes? No creía que se hubiera ido directamente a la cama en el estado de alteración en que se hallaba. Después de dudarlo un poco, bajó al elegante salón donde Alejo y Peter habían discutido. La luz todavía estaba encendida. Lali abrió la puerta. Peter se hallaba derrumbado en un sillón. Había bebido y la miró con los ojos curiosamente desenfocados. -Dio -dijo con la lengua de trapo- ¡Mira quién está aquí! ¡La amiga de todo el mundo! Lali sintió una enorme ternura. Casi le dijo que él era su propio enemigo, que no podía enfrentarse a lo que le había sucedido esa noche. Estaba tratando de ahogar sus propias y turbulentas emociones en alcohol, empeorándolo todavía más. -Te sentirás mucho mejor mañana si duermes un poco. -El perfecto rayito de luz, ¿eh? Dime, ¿cómo te sientes al darte cuenta de que lo has hecho todo bien y yo lo he hecho todo mal? -¿Y qué he hecho bien? -Dijiste que siempre era malo mentir. Tenías razón. Dijiste que yo mentiría mucho mejor que tú. Te equivocaste -afirmó Peter, pasándose la mano por el cabello-. Cuando Alejo se me enfrentó, no supe qué hacer. -Su actitud te alteró. No estabas preparado... -Ahora me odia hasta la médula. Lali se arrodilló a sus pies y lo miró con los negros ojos preocupados. -Por supuesto que no. No pasó nada. Te tomas todo a la tremenda. Lo que pasó en el dormitorio lo tomó por sorpresa, y luego, en vez de calmarlo, seguro que te enfrentaste a él... Mira el lado positivo... Estás aquí, sintiéndote realmente desgraciado, cuando... -Culpable -interrumpió bruscamente. -Cuando vinimos aquí creíamos que se moría, y ahora sabemos que se puede recuperar totalmente. -Es verdad -dijo Peter, como si todavía no se hubiese dado cuenta de ello. -Seguro que le quedan muchos años por vivir, y distanciarte de él ahora te ha hecho sentirte peor. -Tenía miedo de alterarlo más. -Siempre piensas lo peor. Alejo te quiere, sólo que no es tan ingenuo como pensabas. Como se sorprendió tanto de que estuviéramos comprometidos, sospechó que... -¿Tenía malas intenciones? - Venga, tienes que ir a la cama -lo agarró Lali de la mano para ponerlo de pie. Peter se levantó tambaleándose levemente. Lali le sonrió. Y él le respondió con una sonrisa casi infantil, que le hizo dar un vuelco al corazón. -Eres tan buena... a veces me haces sentir muy mal -le comunicó. -Te irrito -dijo Lali, poniéndose seria. -No. Es más como enfrentarme a mi conciencia cara a cara. Ya me estoy acostumbrando. Los ojos de Lali brillaron otra vez y al llegar a la puerta del dormitorio, la abrió. -¿Te sientes mejor ahora? Tu intención era buena. Hacerlo feliz -le aseguró tranquilizadora mientras entraban. Peter se la quedó mirando como si de repente se hubiera dado cuenta de algo. Mientras la miraba con intensidad, Lali se olvidó de lo que pensaba decir. Peter le pasó un dedo muy, muy suavemente por el contorno de los labios. Ella sintió que el corazón se le aceleraba y se le cortaba la respiración. -Nunca confíes en mis intenciones -dijo Peter con palabras suaves como el terciopelo-. Siempre calculo todo, hasta el último punto y coma. -Probablemente no puedes evitarlo... De repente, parecía que el mundo se había detenido. Lali notaba cada inspiración que hacía, cada latido de su sangre en las venas. Cuando la besó con una dulzura casi insoportable, sintió que las rodillas se le aflojaban. Él la levantó en sus brazos y empujó la puerta con el cuerpo para cerrarla. -Quédate conmigo. No quiero estar solo esta noche -confesó con la respiración agitada.

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