Monday, February 15, 2016

capitulo 55

-¿Tanto? -dijo Llai, tropezando con la chimenea y agarrándose para enderezarse- ¿Y tú cómo lo sabes? -Pagué la cuenta del hotel antes de ir a la clínica. Estaba obsesionado con Benjamin. ¿Cómo no se había dado cuenta antes? ¡Estaba furioso porque había hablado con él! -¿Estás celoso? ¿Celoso de Benjamin? -¡No seas ridícula! -se ruborizó Peter ofendido. -Perdona -se disculpó Lali, considerando innecesario decirle que Belnjamin sólo era una amigo. Peter se le acercó y, poniéndole las manos en los delgados hombros, la guió hasta el sofá. -Lo único que digo es que en este matrimonio sólo hay sitio para dos. Tú y yo. -¿Y Petra? La fuiste a ver la noche en que me dejaste en el hotel. -No. No la fui a ver. Me topé con ella. Mejor dicho, ella se topó conmigo a la mañana siguiente. Yo me quedé en otro de mis apartamentos. Petra vio la limusina la mañana siguiente, se invitó a desayunar conmigo y me pidió que la trajese a Londres. No podía decir que no. AunqueLali quería creerlo, se daba cuenta de que si Peter hablaba de continuar casados, sería tonto de su parte ahora confesar su atracción por su hermanastra y crear una fricción entre ellas. Pero no acababa de comprenderlo. Peter había aparecido con un fabuloso anillo de rubíes en la clínica, una especie de regalo de despedida. Petra estaba rara, como si algo hubiese sucedido entre los dos. -Creaste un problema. Nunca le tendrías que haber dicho a Petra que nuestro matrimonio no iba en serio. Lali pensó en su hermana. Sabía que tendría que hablar con ella para poder aclarar esas estúpidas sospechas. En cuanto decidió hacerlo, se sintió libre de poder apreciar la felicidad que la embargaba. Pero si no hubiese sido por el bebé, quizás Peter nunca... -No estoy segura de que puedas aguantar estar casado conmigo años y años. -¿Por qué no? -preguntó Peter envarándose. -Te aburres fácilmente -la duda se reflejó en los negros ojos. -¿Cómo crees que me puedo aburrir contigo si no sé con qué vas a salir en cada instante? Fisher golpeó la puerta para anunciar una llamada urgente. Sabiendo que podía llevarle horas, Lali subió a la habitación despacio. Luego entró y cerró la puerta con suavidad, para dar un infantil salto en la cama y botar en el colchón de muelles mientras golpeaba las almohadas. -¡Sí... sí... sí! -grito. La puerta que conectaba con la salita estaba entreabierta y se abrió suavemente para dar paso a Peter, con el teléfono móvil en una mano y una sonrisa maliciosa en la boca. -Conque algo de bueno tendré, cara mía -dijo, con voz sensual-. Cuando estábamos abajo no parecías nada entusiasmada en seguir casada conmigo, pero mira tú por dónde, te encuentro celebrando aquí solita. -Yo... yo -Lali se había quedado petrificada. Peter dejó el teléfono y comenzó a desvestirse con parsimonia, haciéndola enrojecer. -Sí, ahora ya sabes cuándo te deseo -canturreóPeter satisfecho. Se acercó a ella con una sonrisa radiante que le soltó el corazón de sus amarras. Parecía tan feliz, más todavía que en la isla. Lo primero que hizo fue abrazarse a él, apretándose contra su pecho mientras la tensión se evaporaba en el círculo de sus brazos. -Te he echado de menos... -gimió Peter y la besó hambriento. -Así que quiero ver a Benjamin por última vez -concluyó Dixie en el denso silencio. Había pasado una semana maravillosa desde su llegada a Londres y era la primera vez que no estaban de acuerdo. -No -dijo Peter secamente. -Sólo para explicarle que me he casado y por eso no me he puesto en contacto con él -repitió Lali. -No quiero que lo veas. Me parece que es perfectamente razonable. -Pues a mí no. No me parece razonable en absoluto -dijo Lali apenada-. Y tampoco creo que te tenga que pedir permiso.

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