Monday, February 15, 2016
capitulo 54
-No es verdad -murmuró ella, encantada de tenerlo y demasiado exhausta para despreciarse
por ser tan débil. Mejor era disfrutarlo, pensó. No lo tendría por mucho tiempo.Lali durmió hasta las siete y se levantó para darse una ducha mientras pensaba en Peter.
¡Qué amable había sido con ella! Pero claro, era un hombre sofisticado y culto. No iba a
reaccionar como un adolescente atemorizado tratando de huir de sus responsabilidades.
Fisher le avisó desde la puerta que la cena se servía a las ocho. Se puso un elegante vestido
negro sin mangas que ya había usado en la isla, pero el embarazo le daba una plenitud a sus
senos que se notaba ya.
Al llegar al comedor, vio que Fisher se había esforzado en crear un ambiente apropiado, con
candelabros de plata y elegante vajilla. Pobre Fisher. No tenía ni idea de qué poco apropiado
resultaba.
Peter se unió a ella en la puerta. Alto y elegante, la hizo sentirse consciente de su propia
femineidad.
-¿Podrás tolerar las velas por una noche? -le preguntó con suavidad.
Lali se ruborizó.
-Estuve terrible esa noche, ¿no? -gimió-. Acababa de enterarme de que estaba embarazada...
-¿Ya lo sabías? -interrumpió Peter sorprendido.
Lali asintió.
-No me extraña que estuvieses consternada -dijo, ayudándola con la silla.
Después de una comida deliciosa, fueron al salón a tomar el café, y la tensión se hizo presa de
ella nuevamente.
-¿Podemos terminar la conversación? -preguntó, levantándose y caminando por la habitación -
¡No entiendo cómo puedes charlar como si no pasara nada!
-Muy sencillo. La respuesta es que no pasa nada. Quiero a ese bebé -respondió Peter con
total calma.
-Pero fue un accidente...
-No. Y no vuelvas nunca a decirlo -dijo, controlando una sonrisa-. Los bebés crecen y se
convierten en adolescentes a quienes no les gusta enterarse de que son el resultado en un
fallo, si lo sabré yo.
Lali se ruborizó y se sentó un instante, para volver a caminar.
-Ya lo sé, pero...
-No me puedo creer que quieras un aborto.
-Yo no, pero creía que tú sí.
-Ni se me ocurriría. Mi padre quiso privarme del derecho de nacer -le recordó con irónico
disgusto-. Jamás lo haría con mi propio hijo. No sólo lo quiero, sino que también estoy decidido
a ser un buen padre desde el principio.
Lali se quedó sin aliento al escucharlo. Nunca soñó que lo aceptaría de tal modo.
-Será un poco difícil cuando nos separemos... divorciemos, quiero decir -señaló incómoda.
-Me temo que aquí tendrás que ser muy valiente y sacrificada, cara mía -la observó, con un
relámpago de expectación en los verdes ojos.
-No te comprendo.
-Ha llegado el momento de decirte adiós a Benjamin.
-¿Benjamin! -Lali se sorprendió de que Benjamin apareciese en los momentos más insólitos.
-Si ambos queremos lo mejor para nuestro hijo, ni siquiera pensaremos en un divorcio en este
momento -afirmó Peter convencido, observándola dar pequeños círculos en el centro de la
habitación.
-Pero... -dijo Lali, totalmente desconcertada por la noticia y borracha de alegría con sólo
pensarlo.
-Así que seguimos juntos -afiimó Peter tenso-. Pero Benjamin se queda fuera. Tendrás que
aceptarlo.
-Pero Benjamin es sólo un amigo...
-Te pasaste una hora y cuarenta y cinco minutos hablando por teléfono a Nueva York desde
Granada. Me parece que hubo un exceso de amistad de una hora y media.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment