Saturday, February 20, 2016
capitulo 24
La fuerza de la boca de Peter la hizo apoyar la cabeza contra las almohadas y el poder de
su ansiedad la dominó. Se quedó muy quieta, sentía una gran debilidad. El no usaría su fuerza
superior en su contra. Sabía que si luchaba, él no la forzaría; sin embargo no movió ni un
músculo. Una sensación de placer la dominó al sentir que la mano de Peter se deslizaba de
manera experta sobre su seno y apartaba el camisón desgarrado.
El murmuró algo en italiano y Lali se estremeció contra su cuerpo.
En una letanía que cada vez perdía más su significado, ella se repetía que no debía
responder. El le acarició el pezón y lo acercó a su boca, atormentándola con la lengua y
dientes, mientras con la otra, le acariciaba el otro seno. Lali sentía cómo su sangre excitada
le recorría las venas y el placer la dejaba sin aliento. Nunca sintió una pasión tan intensa y
poderosa. Le acarició el cabello al tiempo que perdía el control.
— Me deseas...mucho... – murmuró Peter con los ojos brillantes por el triunfo — , mucho.
Lali no podía negarlo, puesto que su necesidad era compulsiva y dominaba su cuerpo.
Mientras la acariciaba con intimidad, la besó la boca con urgencia e impaciencia. Lali sintió
todo su peso cuando se deslizó sobre ella dominado por la pasión. Hubo un momento
incómodo, seguido por un éxtasis intolerable. La hizo suya y controló el breve momento cuando
ella quiso apartarse. Pronto Lali se aferró a él, extasiada. Peter la llevó al clímax y gimió
satisfecho.
A medida que la pasión se calmó, Lali se sintió muy mal por haberse rendido, nunca
había perdido el control de esa manera, ni Peter le hizo el amor con esa combinación de
salvajismo e impaciencia volcánica. Sintió vergüenza y desolación ante su abandono.
El haberse entregado a un hombre que la despreciaba, era el nivel más bajo al que podía
caer una mujer. Los ojos se le llenaron de lágrimas.
Peter murmuró sin sentimientos:
— Todavía me perteneces.
— ¡Eres un malvado!...¡espero estés satisfecho! – dijo ella con voz temblorosa,
apartándose de él.
— Todavía no estoy satisfecho, cara – aseguró Peter con voz sedosa y le acarició la
espalda desnuda — . Eso fue por necesidad...un exorcismo si quieres. Esta vez será por
placer.
— No hagas que te odie – murmuró ella con voz ahogada.
— El odio puede ser muy reanimante – comentó él y se acercó de nuevo a ella — . Y tú
tienes una capacidad sin fin para el placer. ¿Por qué no aceptas lo inevitable? Siempre juego
para ganar y tú estás en el lugar del perdedor. Los dos conocemos lo peor del otro. Al menos
no habrá sorpresas desagradables en el futuro.
Le besó la boca. Lali estaba demasiado débil para poner resistencia. Una pequeña parte
de ella parecía pensar que se merecía ese trato al igual que Peter lo creía. Cerró los ojos.
Segundos después, comenzó a sentir placer y pensó que después de todo, era Peter quien
estaba a su lado, por lo que volvió a entregarse al éxtasis.
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