Friday, February 19, 2016
capitulo 18
John no era un hombre de mundo. Miró a Lali como si la hija pródiga al fin
regresara al redil. Se sentó en un sillón cerca de la estufa, con expresión de placer.
— Eras demasiado joven a los dieciocho años – comentó su padre y suspiró — . Se lo
advertí a Peter en aquel tiempo, mas no me escuchó. Esta vez será diferente.
Lali estaba al borde de la histeria, dominada por emociones negativas. Sentía temor, ira e
incredulidad. Si el día anterior alguien le dijera que se casara otra vez con Peter, pensaría que
esa persona estaba loca; sin embargo, sucedía y todo por un estúpido accidente. Si Peter no la
hubiera visto, si no hubiera hablado con sus padres, si no hubiera pensado que Santino pudo
haber muerto el día anterior... nada de eso estaría sucediendo.
Tan pronto como pudo, Lali escapó y le fue difícil, porque querían que se quedara, para
conocer los detalles. Pensaban que Peter se impresionó mucho al verla en el hospital y por ese
motivo le pidió que se volvieran a casar, puesto que no podía vivir sin ella.
— estás haciendo lo correcto – agregó su madre, cuando la acompañó hasta el coche de
Steven — . Santino los necesita a los dos. Todo saldrá bien, ya lo verás.
Lali se alejó con una sonrisa enfermiza. Cada vez el engaño parecía ir en aumento. Tuvo
que explicarles que a una fiesta y como Peter dijera, quedaron encantados. Lali no recogió a
Santino para llevarlo a casa, pues su madre le dijo:
_Tendrás mucho que hacer. Hacer maletas, arreglar los asuntos del negocio con Steven,
prepararte para asistir a la fiesta... Deberías ir al salón de belleza...
al escuchar que su madre hablaba de hacer maletas, Lali sintió horror y se preguntó que
haría con Steven. El no podía comprarle su parte del negocio. Lali no sabía lo que sucedería
en el futuro, pero la lógica le decía que si volvía a separarse de Peter, él se aseguraría de que
no se llevara a Santino. En otras palabras al casarse con él por segunda vez, compraría un
boleto de ida nada más, a menos que él cambiara de opinión.
Cuando Lali informó a Steven, él rió mucho y después dijo:
— Me estás tomando el pelo, ¿no es así?
— No – le aseguró Lali.
— Vamos, Lali. Mírate, no pareces una divorciada feliz por volverse a casar con su
marido. ¡Lo odias! – dijo exasperado — . ¿Qué es lo que sucede? – ella no podía contestar,
pues no cambiaría nada. Le aseguro que continuaría siendo su socia, aunque no se encargara
del negocio — . No puedes hacerme eso. No puedo hacer nada sin ti. ¿Quién se encargará de
la tienda?
— ¿Tendrás que buscar a alguien? – respondió Lali — . Por otro lado, en alguna ocasión,
Bárbara pareció interesarse en el negocio, si encontraba un buen nido...
— ¿Un nido? – preguntó Steven y se ruborizó, dando a entender que Bárbara ya había
hecho el mismo comentario.
— ¿Por qué no aquí cuando yo me vaya? – preguntó Lali — . Es una gran organizadora,
estoy segura de que de inmediato aprenderá lo que tiene que saber. Yo lo hice...
— Será mejor que continuemos como estamos ahora – murmuró Steven — . Es más
estimulante de esa manera.
Cuando al fin llegó a su casa, estaba exhausta. Steven se lamentó hasta que la hizo perder
la paciencia. Tendría que aprender a valerse por sí mismo.
Tal vez el hecho de que Lali se retirara del negocio, sería una ventaja para Bárbara, pues
era probable que Steven se sintiera solo.
Lali se preparó un emparedado y lo comió sin apetito. Intentó llamar a su hermana, pero
Vickie no estaba. Se imaginó entrando en Lanzani Industries al día siguiente y se le puso la
piel de gallina. Su orgullo salió a la superficie ante la humillación de tener que rendirse.
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