Friday, February 12, 2016

capitulo 43

El helicóptero los llevó al aeropuerto, donde se subieron al jet. Lali se hizo la dormida durante el viaje. Cuando subió a un segundo helicóptero en Atenas, agradeció que fuese imposible hablar, pero se sorprendió de que Peter eligiese un lugar tan remoto. No era necesario irse tan lejos para satisfacer a Alejo. Cuando aterrizaron por última vez, Peter la ayudó a bajar del helicóptero. Junto a ellos se extendía una playa de arena blanca y rutilante mar. El piloto cargó las maletas en un todoterreno aparcado al lado del puerto. -Es una isla privada -informoPeter con considerable satisfacción-. Y la tenemos para nosotros solos. Por supuesto, pensó Lali sin sorprenderse. No iba a querer gente alrededor que lo obligase a simular que estaba de luna de miel, besuqueándose todo el tiempo en un delirio de felicidad. Y no se le ocurrió mejor cosa que abrir la boca y decirlo. -Tienes razón -asintió Peter, mirando su tenso perfil y el gesto triste de su boca-. Un delirio de felicidad no es un objetivo lógico en este momento. Has estado muy callada todo el viaje. Lali trató de recordar cuándo había sido la última vez que se había dirigido a él. -Petra sería mucha mejor compañía -le había dicho al dejar la casa-. Me podrías dejar en la costa y llevártela a ella. Total, Alejo no tiene por qué enterarse. Se había quedado tan sorprendida como él de haber explotado de esa manera. Se tapó la boca con la mano y lo miró horrorizada sobre los dedos. -¡Sólo estaba bromeando! -añadió abruptamente. Frunció los ojos, que le relucieron como si de repente hubiese encontrado oro. -¿De dónde sacaste la idea de que me interesa tu hermanastra? -A la mayoría de los hombres les sucede -dijo Lali envarándose y escondiendo el dolor de sus ojos bajo las largas pestañas. -Yo no soy como la mayoría de los hombres. Pero ella sabía que las rubias altas y delgadas eran su tipo. Y mientras se despedían lo había estado estudiando. Había ignorado a Petra olímpicamente, lo que indicaba claramente que en realidad se sentía muy atraído por ella pero estaba decidido a ocultarlo. Se hizo un silencio tenso en el que Peter apretó los labios y aceleró el todoterreno hasta una casa increíble que se hallaba tras la última curva, escondida por densa vegetación. Al llegar, bajó todo el equipaje y se dirigió a la puerta irradiando enfado por cada poro del cuerpo. Dándose cuenta de que tendría que haberse callado sus sospechas, Lali lo siguió al fresco interior. -Esperaba no tener que mencionarlo, pero Petra me ha caído mal desde el principio. Fue instantáneo. En realidad, hay una palabra que la describiría perfectamente, pero por el cariño que le tienes, preferiría no decirla. No era posible que quisiera decir... pero mirándole el helado brillo de los ojos, Lali se dio cuenta de que eso era precisamente lo que quería decir, y se quedó atónita. Pero de su sorpresa surgió un alivio tan maravilloso, que se sintió mareada. -Peter, no tendría que haberlo dicho -se disculpó- , pero es tan confuso este tema de tener y no tener que simular... después de un rato me creo que es verdad y me meto en lo que no me importa. -Quizás deberíamos seguir simulando todo el tiempo. Podría llegar a ser interesante. Subieron el equipaje al piso de arriba y Peter abrió de par en par la única puerta que daba al rellano. Lali se sorprendió de que la villa, que parecía tan espaciosa, tuviese un solo dormitorio. Quizás había otro abajo. Peter se había ido a buscar el resto del equipaje, así que Lali investigó la planta baja. Había un recibidor maravilloso, un elegante comedor y una cocina preciosa con una nevera llena de comida. Tuvo que convencerse de que había un solo dormitorio en toda la casa. Peter se unió a ella y se sirvió un brandy bastante generoso. Lali inspiró profundamente. -Peter, cuando subimos... no pude evitar ver que... que hay un solo... Mientras ella hablaba, Peter se tomó el brandy de un trago. Cuadró los hombros y le dirigió una mirada indescifrable. -Creo que sería un buen momento para llamar a Benjamin -dijo, sin expresión en la voz. -Ah, sí... tienes razón -murmuró Lali, tomada de sorpresa. Cinco minutos más tarde llamaba y Benjamin le respondió enseguida, causándole una alegría tremenda. Lo sorprendió que lo llamara, pero parecía realmente contento.

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