capitulo 31

Volaron directo hacia Roma. Parecía que Peter no podía esperar para mostrar a su esposa a la familia. — Resultará más sencillo si se hace de inmediato – dijo él durante el vuelo y tomó los dedos de Lali — . Créeme, nadie dirá nada que hiera tus sentimientos. Su familia no se atrevería a ofenderlo, puesto que Peter les daba empleo, o los mantenía, por lo que tendrían que aceptar a la novia con una sonrisa. Lali se dijo que ya no era la adolescente ingenua y que nadie volvería a intimidarla. Peter preguntó:; — ¿Es el tener que volver a encontrarte con mi familia lo que te preocupa? — Nada me preocupa – aseguró Lali y levantó una ceja.Santino se subió a sus rodillas y se colocó entre los dos. — Esta es mi mamá – declaró el niño con tono posesivo. Era un Lanzani en miniatura. Desde el momento en que vio a sus padres juntos, no parecía muy seguro de que le agradara la combinación. — Y mi esposa – murmuró Peter. — No lo es – dijo Santino — . Yo me casaré con ella cuando crezca. Tú tienes a Elena. Lali forzó una carcajada y Peter la observó por encima de la cabeza de Santino. — Eso no me parece gracioso – aseguró Peter. — Para él es algo muy claro – indicó Lali — . Te ha visto acompañado por demasiadas mujeres. — Sucede que Elena tiene once años de edad inform Peter — , y las mujeres de las que hablas ya se acabaron. Lali encogió los hombros y Santino cruzó la cama para jugar con el rompecabezas que ella le diera. — Yo no hablaría tan pronto – dijo Lali — . Después de todo, no compartiré tu habitación. Si me tocas, desapareceré en el aire, Peter. Lo juro. No puedes tenerme vigilada todo el tiempo. — No me hagas amenazas tontas – dijo él y le tomó la barbilla. — No es una amenaza. Es lo que sucederá. Tienes a tu hijo... tienes a una esposa que se comportará como tal en público, mas no en privado. — ¿Te das cuenta de que estás a punto de convertir nuestro matrimonio en un campo de batalla? Cuando yo estaba dispuesto a intentar dejar todo en el pasado, comienzas a causar problemas. No funcionará, cara, te lo advierto. — Conténtate con lo que conseguiste, Peter... es lo único que tendrás. — No comiences de nuevo – ordenó él, sin poder ocultar su ira. — Tú comenzaste – aseguró Lali — . Tú fuiste quien quiso este matrimonio. Peter se puso de pie y caminó hasta el pequeño bar, le gritó a la azafata, quien se apresuró a servirle. Parecía que Peter estaba a punto de cometer un asesinato. Con los ojos entrecerrados observó a Lali, quien a su pesar se estremeció. Tenía que decírselo, pero no había una manera diplomática para decirle a Peter que su presencia no sería bien recibida en la habitación de su esposa. El se comportaba como si fuera dueño del alma y del cuerpo de Lali, mas siempre actuó de esa manera y ahora quería ejercer sus derechos sobre su sexualidad en venganza. — Papá está enfadado – murmuró Santino, cuando ella se acercó a él para ayudarlo con el rompecabezas — . ¿Hice algo malo? — No – respondió Lali y lo abrazó. De Peter emanaba suficiente energía como para que llegaran a Roma sin el motor del avión. — ¿Hiciste algo malo tú? – preguntó el niño. Lali se puso de pie y se acercó a Peter. — Santino está captando la atmósfera – comentó Lali. Peter colocó los dedos sobre el hombro tenso de ella, quien se quedó muy quieta. La otra mano se deslizó por su espalda y la atrajo con firmeza hacia él. Aprovechándose de que Lali no podía luchar, besó sus labios entreabiertos. Lali dejó de respirar, pues intentaba controlar su respuesta. El rió divertido, contra los labios de Lali. — ¡Detente! – pidió Santino y tiró de las piernas de Peter — . ¡Ella es mi mamá, déjala en paz! Peter la soltó y se sentó. Lali esperaba que perdiera la paciencia ero calmó a Santino y lo cargó para decirle algo. Cuando el niño volvió a acercarse a Lali sus ojos tenía una expresión de dolor. _¿Qué le dijiste? – le preguntó Lali a Peter.