Friday, February 12, 2016

capitulo 39

Mientras Alejo se alejaba, Petra abandonó su sonrisa y se encogió de hombros con petulancia. -No funcionó. Me volví a Londres, esperando que tú me recibieras en tu casa, pero... -¡Oh, no! -exclamó Lali consternada. -¡Y luego, cuando me enteré de que estabas en España con el querido Alejo, crucé los dedos y recé para que hubiera un hueco para mí! -Petra le estudió la expresión de consternación y culpabilidad de Lali con fríos ojos verdes-. Estoy sin blanca. No tenía otra opción. -No, por supuesto que no -afirmó Lali fervientemente, con la esperanza de que a Peter y Alejo no les importara que Petra se quedase. Tenía ilusión de ponerse al día con las noticias de su hermana. Peter volvió a su lado, y Lali notó que ahora era Bruce quien estaba al teléfono al otro extremo de la habitación. Aunque Lali hubiese querido hablar con su hermana en privado unos minutos, se daba cuenta de que todos estaban esperando para desayunar. A la mesa, tenía a Peter de un lado y Alejo del otro. Petra acabó al lado del padre Navarro y, al no tener nada de qué hablar con él, se quedó silenciosa, bostezando ocasionalmente. -Estoy tan contenta de que Petra esté aquí -le dijo a Peter tímidamente mientras cortaban la tarta-. Se ve que está cansada del viaje, pero ¿no es preciosa? -Si ése es el color rubio que te gusta, no creo que te quedase bien. Y todos esos tatuajes y agujeros deben de doler un montón. Tu hermana debe ser muy valiente. -Sí que lo es. Las cosas no le salieron bien en California, pero lo está llevando bien. Después de la comida Lali se fue al cuarto de baño a arreglarse el pelo. Cuando salió, se encontró a Petra paseándose fuera con expresión enfadada. -¡Casi me duermo durante el desayuno! ¡Pensé que el castigo no terminaría nunca! -protestó tomando a Lali del brazo y encerrándose con ella en la primera habitación vacía que encontró-. ¡Tú, casada con Peter! ¡Me he quedado de una pieza! Y, obviamente, cambia mis planes. No me puedo quedar aquí si te acabas de casar. -¿Por qué no? -preguntó Lali sorprendida. -Usa la cabeza, Lali -dijo Petra irritada-. Ésta es la casa de Alejo. Y te irás de luna de miel a algún lugar exótico. ¡No me puedo instalar aquí con el anciano hasta que vuelvas! -No te preocupes, como Alejo no está muy bien de salud, no iremos a ningún lado. -Ya sabes que se me da muy mal cuidar enfermos, pero se ve que esta vez a ti te ha salido bien el tema -dijo Petra, con repentino rencor en los ojos-. Mira, ¿por qué no me haces un favor y me prestas un poco de dinero para que pueda salir de este sitio perdido y te deje disfrutar de tu maravilloso matrimonio? La sorpresa de Lali crecía por momentos. ¿Qué le pasaba a Petra, que siempre era el alma de todas las fiestas? -¿Un...un...préstamo? -Te acabas de casar con un hombre rico -dijo Petra con una mueca de ironía. Un incómodo color tiñó las mejillas de Lali. -Petra, no puedo pedirle a Peter que te dé dinero... -¿Por qué? ¿Acaso el banquero es agarrado con sus millones? -Peter pagó las cuentas que dejaste pendientes cuando te fuiste a California -respondió incómoda, molesta por tener que mencionar las deudas de su hermana. Petra se envaró. -¿Conque Peter lo sabe? -Sí. -¡No fue culpa mía que me metiera en ese lío! -enrojeció Petra enfadada. -No. Ya lo sé -Petra tenía una actitud demasiado generosa con el dinero ajeno, y eso sí que preocupaba a Lali. Petra se tranquilizó con las palabras de Lali. -Bueno, si me perdonas por decirlo, no quiero estar metida en medio. Te acabas de casar. -Si te quedaras, no sería eso... quiero decir... nuestro matrimonio no es... Pero en cuanto lo dijo, recordó el apasionado abrazo que compartieron en el coche. ¿Peter habría actuado o no se le daban muy bien las relaciones platónicas? ¿O quizás se sentía tan atraído por ella como ella por él? Descartó la tercera alternativa. Seguro que estaba actuando. -¿Qué quieres decir? -preguntó Petra.

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