Friday, February 26, 2016
capitulo 58
— ¿Hablaste en serio? – preguntó Peter.
— Sí – respondió Lali y notó que los ojos de Peter brillaban.
— ¡Y tenía que estar ebrio! – exclamó él. Caminó hacia la puerta — . Necesito darme una
ducha...y un café. No te vayas.
Cuando él salió de la habitación, Lali se secó los ojos. En el rostro de Peter vio reflejado lo
que no podía decirse con palabras...la misma pena, el mismo temor y la misma soledad que
ella sintiera. Quería sentarse y llorar. Si Peter se alejó de ella, no fue porque quisiera dejarla.
Casi una hora después, él reapareció. Ya estaba sobrio, una poción milagrosa, o la fuerte
impresión, lograron que sucediera. Era el Peter de siempre, aunque no parecía tan confiado
como antes. Salió del baño y se sorprendió al verla sentada sobre la cama.
— Pensé que habías desaparecido – comentóLlai ruborizada.
— Y yo creí que estabas con Steven – dijo él. Peter escuchó de labios de Lali y lo que ella
le dijera esa misma tarde a Athene — . ¿El quiere a otra? ¿Cómo es posible?
— Se conocen desde que eran adolescentes y algunas veces no se ven durante meses –
explicó Lali — . Es un milagro... – dudó — , no me sentiría atraída a él de otra forma. Puede
llegar a ser muy molesto.
— Muy molesto... – repitió Peter — , y lo único que yo vi durante meses, fue la manera
como te miraba – sonrió.
— Vi esa fotografía – dijo Lali — . Me espiaste, ¿por qué?
— ¿Acaso siempre hay una buena explicación para lo que hacemos? – preguntó Peter — .
Me decía que tenía derecho a saber lo que hacías, puesto que tenías a mi hijo, pero cuando
empezaste a salir con Steven, no lo soporté y me preguntaba qué podría suceder detrás de las
puertas cerradas. Temía que te casaras con él. Cuando volví a verte, todo lo que me negué
durante años, renació. Durante unos días fui como un hombre poseído. No me importaba lo
que tuviera que hacer para recuperarte y ni siquiera me pregunté por qué lo hacía.
Una tierna sonrisa apareció en los labios de Lali.
— Estás perdonado – le aseguró Lali — . Si no hubieras ejercido presión, no estaríamos
juntos ahora.
— ¿Cómo puedes decir eso? Me comporté como un salvaje y tú lo dijiste.
— Te amo, Peter – al escucharla, él se acercó.
— Comprendí que todavía te amaba la primera vez que volvimos a hacer el amor, pero creí
que tu querías a Steven. Pensé que al menos me tolerabas y después del incidente en la playa,
estuviste tan fría en mis brazos, que imaginé que también había matado eso.
— Estaba enfadada y asustada por tus celos – explicó Lali.
— Lo sé – la miró con culpabilidad — . Sin embargo, todavía no podía dejarte partir. No
podía enfrentarme al hecho de perderte y al final, sentí alivio cuando supe que esperabas otro
hijo, pues era otra manera de no dejarte ir. No importaba que ya no pudiera hacerte el amor, no
me importaba que te interesara otro hombre, pues todavía te tenía y eso era suficiente. Cuando
Vickie y Jeff me contaron la verdad, todo se rompió en pedazos...antes, pensaba que tenía
derechos y buscaba como justificarme, pero cuando ya no fue así, lo único que podía hacer
era dejarte ir. Lali empezó a perder la paciencia y se preguntó si él pensaba quedarse de pie toda la
noche, tratando de convencerla de que ella no lo merecía. Se acercó a él, y colocó las manos
sobre las mejillas de Peter, mientras lo miraba a los ojos.
— No quería que me dejaras partir...te amo – murmuroLali — . Mas no iba a suplicarte
que te quedaras.
— Pero... – musitó Peter.
— No hay peros – lo aseguró, y colocó un dedo sobre sus labios. Se estremeció junto a
ella. Lali correspondió a su afecto. Peter hundió la cara en su cabello y murmuró:
— ¿Sabes lo que fue el tener que dejarte? Espero que sepas lo que haces, pues no podría
volver a alejarme – la mantuvo prisionera en sus brazos durante mucho tiempo y cuando se
movió fue para colocarla sobre la cama con un suspiro — . Te confesaré algo... nunca hubo
otra mujer.
— No creo que... – empezó Lali. El la miró divertido.
— Tengo...una complicación – dijo Peter. Sus dedos jugaron con los botones de la blusa
mientras los desabrochaba — . Siempre que me acercaba a una mujer, pensaba en ti y el
deseo..se apagaba. ¿No notaste los desesperado que estuve aquella noche en Londres?
Cuatro años es mucho tiempo para sentir que uno es la mitad de un hombre por no querer
admitir que todavía se ama a la esposa – al escucharlo, ella sonrió — . No fue muy gracioso.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment