Friday, June 5, 2015

capitulo 1

-¿Qué diablos llevas en la cabeza? -preguntó Emilia Atias tras apretar el botón para llamar al ascensor de servicio.
-Es para que no me caiga polvo en el pelo -contestó Lali llevándose una mano al pañuelo de flores.
-¿Y desde cuándo eres tan puntillosa?
Lali suspiró y decidió ser sincera con la buena mujer:
-Hay un tipo que suele quedarse a trabajar hasta tarde en mi planta y... bueno... es...
-¿Se hace notar demasiado? -volvió a preguntar Emilia sin sorprenderse, con un gesto de desaprobación. Lali podía atraer la atención de los hombres en cualquier circunstancia. Era menudita y esbelta, joven, con un cabello de un rubio natural que brillaba como la plata y ojos negros enmarcados por inesperadas cejas y pestañas negras-. Apuesto a que está convencido
de que con una humilde mujer del servicio de limpieza como tú es cosa hecha. ¿Es joven o viejo? -Joven-contestó Lali dejando que Emilia pasara delante en el ascensor-. Y te aseguro que está acabando con mi paciencia. He estado pensando en contárselo al supervisor.
-No, hagas lo que hagas no lo hagas oficial, Lali - se apresuró a recomendar Emilia con una mueca -.Si ese cerdo trabaja hasta tarde es que es una persona importante. Y seamos sinceros, Lali: de ti pueden prescindir mucho más que de cualquier ejecutivo.
-¿Acaso crees que no lo sé? Seguimos viviendo en
un mundo de hombres.
-Pues ese tipo debe de ser bastante insistente cuando está acabando con tu paciencia... Escucha, haz tú mi planta esta noche y yo haré la tuya. Así por lo menos te tomas un respiro. Quizá más adelante alguien quiera cambiar definitivamente de planta contigo.
-Pero no tengo permiso para subir a limpiar la última planta -le recordó Lali.
-¡Va, no te apures por eso! -exclamó Emilia sin darle importancia-. ¿Para qué va a necesitar nadie un permiso especial para abrillantar un suelo y vaciar una papelera? Ahora, eso sí, si el agente de seguridad se da una vuelta justo cuando estás tú
apártate de su vista. Si puedes, claro. Algunos de esos sujetos serían capaces de incluirnos en su informe. Y no te atrevas a traspasar la puerta doble que hay de frente. Es la oficina del señor Lanzani, y está prohibido entrar allí, ¿de acuerdo?
Lali sonrió agradecida mientras Emilia empujaba el carrito con los utensilios de limpieza para salir a la planta que normalmente limpiaba ella.
-Aprecio mucho tu gesto, Emilia.
Lali nunca había estado en la planta superior del edificio Lanzani Intemational. Al salir del ascensor de servicio se dio cuenta de que era distinta de las plantas inferiores. Nada más dar la vuelta a la esquina vio, a su derecha, una lujosa y enorme área de recepción. Más allá de ella todas las luces estaban apagadas, pero a pesar de todo pudo ver una impresionante pareja de puertas en la penumbra.
Sin embargo, al mirar a la izquierda, al fondo del
corredor había otra pareja de puertas idénticas. Lali hizo una mueca y supuso que la parte en penumbra, más cercana a recepción, albergaba la oficina prohibida. Decidió comenzar a trabajar por el fondo para ir acercándose al ascensor y se relajó. Estaba encantada con la idea de que Benjamin Amadeo no fuera a interrumpirla aquella noche con sus monsergas.

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