Unos peligrosos ojos verdes escrutaron el pálido rostro de Lali.
-¡Te pierdo de vista un instante y te pones a llamar por teléfono! ¡Estabas filtrando la información! ¡Has traicionado mi confianza! -la condenó Peter sin disimular su ira.
A pesar de estar temblando y de tener el estómago agarrotado Lali no pudo dejar de sentirse fascinada ante aquel temperamento mediterráneo explosivo, volátil y lleno de dramatismo. Le resultaba completamente extraño.
-Señor Lanzani... -comenzó a decir tratando por todos los medios de hacerle comprender que no debía de suponer siempre lo peor.
-Has hecho tu elección, así sea. ¡Voy a destruirte por esto! -añadió Peter letal.
-Lo has malinterpretado -protestó ella febril-. ¡Sólo he podido llamar a la operadora!
Peter la miró despreciativo y se alejó a grandes pasos. La ira se expresaba en cada movimiento de su cuerpo.
Por un instante Lali se quedó paralizada, desconcertada. Peter la había arrastrado hasta el aeropuerto, la había maltratado y de pronto la dejaba ahí, tirada y sin dinero. Sólo el miedo a lo que pudiera sucederle a Emilia la hizo correr tras él.
-¡Apártate de mi camino! -gritó él al verla.
-¡No es lo que tú crees! -explicó Lali acalorada. Peter continuó andando sin hacerle caso-. ¡Eres un cabezota! ¡Lo único que estaba haciendo era una llamada a cobro revertido a mi jefe de la librería, ¿vale?
-¿De qué librería estás hablando? -preguntó Peter de mal humor, volviéndose hacia ella de mala gana. Lali se quedó mirándolo con el ceño fruncido, notando de repente que faltaba algo.
-¿Qué diablos has hecho con las bolsas? ¡Por el amor de Dios, has salido corriendo y te las has dejado tiradas ahí en medio, ¿a que sí?
Lali se dio la vuelta y volvió sobre sus pasos. Vio las bolsas en el suelo y se apresuró a recogerlas para volver junto a él.
-¿Qué librería? -repitió Peter sin inmutarse al verla llegar cargada.
-Trabajo en una librería durante el día. Y además vivo justo encima... - Lali hizo una pausa para recuperar el aliento-. Tengo que hablar con el
señor Barry para avisarle de que mañana no iré, si desaparezco de repente llamará a la policía... -¡Tonterías! Pensará que te has escapado con tu novio. Los empleados de tu edad son de poco fiar -aseguró Peter sin dejarse impresionar.
Ofendida ante aquella respuesta, Lali respiró hondo y trató de mantener la calma, pero no funcionó.
-¿Sabes? ¡Estoy hasta aquí de ti! -exclamó llevándose la mano a lo alto de la cabeza-. Yo no tengo ningún novio, y además soy una empleada de fiar. No me subestimes ni me hables en ese tono, yo nunca falto a mi trabajo. Llevo cinco años en el mismo empleo, y durante los dos últimos se puede decir que casi he llevado sola el negocio... -¿Y entonces qué estás haciendo fregando suelos por la noche? -preguntó él incisivo.
-Necesito el dinero, ¿vale? ¿Es que es asunto tuyo?
-Tu insolencia me pone de mal humor.
-Tú a mí tampoco me gustas... ¿qué esperabas? No he hecho nada malo, sólo he cometido un error, y me estás tratando como si fuera un criminal. Me haces chantaje para que haga cosas que no quiero y... además... no me gusta esa idea de que como soy pobre no debo de ser muy honesta.
-¿Has terminado ya? -Lali se puso colorada y apretó los labios-. No estoy de humor para
soportar estas tonterías, hoy menos que nunca. Vamos, ya hemos perdido suficiente tiempo.
quiero otro :)
ReplyDeleteotroo
ReplyDeleteporfavorrrrr
ReplyDeleteQue caracter se manejan los dos
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