-No, no tengo tiempo.
-Es el funeral de mi padre.
Lali respiró hondo, pero eso no la hizo sentirse mejor. La circunstancia no podía ser peor. Era natural que hubiera deseado estar solo, pero entonces, ¿por qué había insistido en que lo acompañara? Hubiera deseado comprender por qué aquella información que había oído era tan importante. Peter había estado trabajando hasta la noche antes del funeral de su padre. ¿Acaso su muerte había sido repentina? ¿No hubiera debido de estar antes con él?
Eran más de las siete de la mañana cuando Peter y Lali aterrizaron en el aeropuerto de Atenas. El sol lucía brillante. Los guardias los saludaron con gesto grave al pasar la aduana, y pronto una ola de periodistas con cámaras, gritando, se acercó a ellos. Sólo unos cuantos guardias los contenían. Lali se quedó helada al sentir los flashes de las cámaras. Peter puso un brazo alrededor de sus hombros y la guió por el aeropuerto imperturbable, sin contestar a una sola de las preguntas que le dirigían en todos los idiomas. -¿Quién es la mujer que lo acompaña? -oyó Lali que preguntaba un hombre en inglés.
Lali estaba escandalizada ante el comportamiento de los paparazzi. ¿Qué había sido de la intimidad? Peter Lanzani se dirigía al funeral de su padre, ¿acaso lo seguían fuera a donde fuera?
Con frecuencia en el trabajo, durante los descansos, Lali había oído hablar a sus compañeras sobre la vida privada de Peter. Era la comidilla interminable de los titulares y de la prensa amarilla. Había tenido aventuras con las mujeres más atractivas, y se le consideraba todo un dios del sexo. Pero Lali siempre se había considerado por encima de todo eso. No le inspiraba el menor interés un hombre al que ni conocía ni podía conocer, así que no había prestado atención. Peter y Lali cambiaron de terminal y entraron en una pequeña sala de espera.
-¿Es siempre así con los periodistas? -preguntó ella.
-Sí, bueno, me temo que hoy tu presencia ha causado más excitación de lo habitual -contestó Peter encogiéndose de hombros.
-Pues espero que nadie me reconozca. ¿A qué estamos esperando?
-A un avión que nos llevará a la isla en la que se celebra el funeral.
Otro vuelo, pensó Lali reprimiendo un suspiro. El viaje parecía interminable.
-¿Otra isla?
-Chindos. ¿Pero será posible que no sepas nada de mí? ¡Es que no sabes nada! -comentó Peter sorprendido-. No estoy acostumbrado.
-Pero apuesto a que es bueno para ti... es la prueba de que no eres el centro del universo - musitó Lali haciendo una mueca-. Lo siento, lo siento, sólo estaba pensando en voz alta.
-Tienes una desastrosa falta de tacto que debe de causarte graves problemas -comentó Peter escrutándola con una sonrisa.
-La gente ya me conoce -contestó Lali tragando, agradecida de que él no hubiera explotado.
-¿Y por qué siempre buscas pelea? Pareces tan delicada y femenina... -continuó Peter sin dejar de observarIa.
-¡No, por favor, delicada no...!
-¿Bonita?
-¡Eso es peor! -lo censuró ella-. Los hombres se niegan a tomarme en serio, es el problema de ser rubia y bajita...
-Pero si tú no eres rubia, tienes un pelo muy llamativo -comentó Peter con desdén-. Si de verdad no quieres provocar esa actitud en los hombres no te tiñas de ese color.
necesito mas
ReplyDeletemassssssssssssss
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