Thursday, June 4, 2015

capitulo 47

—¡Dios mío! Me preguntaba qué llevarías debajo—murmuró Peter—. Date la vuelta.
Lali obedeció con sorpresa. Al haber oído cerrarse la puerta a sus espaldas, había supuesto que se encontraba sola. Pero, apoyado contra esa misma puerta, Peter estaba absorbiendo el efecto completo del satén escarlata y del corsé de encaje que envolvía de forma voluptuosa sus inflamados senos y resaltaba su fina cintura.
—¡Por el amor de Dios! —gimió al deslizar la mirada hacia abajo para ver las diminutas bragas de encaje fino a juego y los ligueros que rodeaban sus delgadas piernas—. Si hubiera sabido lo que estabas tapando, te habría poseído en el mismo avión.
Con las mejillas sonrosadas, Lali se apretó el vestido contra el cuerpo reprimiendo el impulso de
lanzarse contra él con aquella sensual lencería.
—¡Sigo muy enfadada con el asunto de la vasija! —le advirtió con furia—. ¡No pienso pasar la noche contigo! ¿Me oyes?
—Te oigo, pero no te escucho —Peter estiró la mano a sus espaldas y cerró el pestillo—Estoy contemplando una fantasía erótica en carne y hueso. Ni a la fuerza saldría de esta habitación. En cualquier caso, aunque no estuviera ardiendo de pura lujuria y de los efectos de casi dos semanas de duchas frías, te has olvidado de un pequeño detalle.
—¿Un pequeño detalle? —repitió insegura Lali esforzándose por no dejarse atrapar por el activo fuego sexual de su mirada.
—No podrás esperar que me relaje hasta haber consumado este matrimonio.., sobre todo después de la última desafortunada experiencia —señaló Peter con burla—. Una anulación no es exactamente lo que la mayoría de los novios de sangre caliente esperarían ver en los titulares.
—¿Y qué te parece: «Peter repudia a la esposa frígida» —no pudo resistir Lali contestar—. ¿Crees que me encantó ver eso?
—¿Y te gusta más que un papparazi con cara de rata me preguntara por qué había fracasado en poner en horizontal a mi mujer? —las vibrantes facciones de Peter se endurecieron.. Y créeme, querida: ninguno lo dijo de forma tan educada. Fueron considerablemente más crudos.
Lali dio un respingo. ¿Cómo se atrevía a lanzarle a la cara aquella información tan humillante?
—Considerando que durante todo nuestro compromiso tuviste el mismo interés en ponerme a mí en horizontal como el de un monje célibe, me sorprende de verdad que te consideres ofendido por tales preguntas—espetó Lali.
—¿Un monje célibe?
—Con tu reputación, pensaba que querrías acostarte conmigo a la primera semana de conocernos, pero pronto comprendí mi error. Te comportaste como un eunuco —casi le escupió Lali recordando el dolor de haberse sentido inadecuada como mujer—. Y ahora, por alguna perversa razón, has cambiado de idea respecto a mí.
—Un eunuco —pronunció Peter con dificultad corrígeme si me equivoco, pero, ¿eres o no eres una virgen púdica que patalea por tan poco como por que le acaricien un seno?
Lali se puso de color escarlata.
—No era pudor, era sólo timidez.
—Cada vez que pienso lo condenadamente difícil que me resultaba controlarme y escucharte como estoy haciendo ahora, me pregunto en qué planeta estaré. Tú tenías muchas inhibiciones y presiones
¿O sea que le había costado controlarse en aquella época?
—¿Presiones? —preguntó vacilante.
—Tu padrastro esperaba sentado a que llegaras a casa cada vez que salías conmigo. Y una noche en que te olvidaste la chaqueta en el coche y volví para devolvértela, me quedé fuera escuchando el sádico sermón acerca de tu promiscuidad y que incluso te echaría de la casa si sospechaba alguna vez que te estabas acostando conmigo.
Peter soltó una carcajada áspera carente de humor.
—Te esta hablando como si fueras una ninfómana desatada. Ya no me extrañó tu comportamiento entonces. Me enteré de todo lo que necesitaba saber escuchando a aquel bastardo acosarte y humillarte. Dios.... realmente no sé cómo me contuve para no entrar y darle un puñetazo en aquella sádica cara suya.
Lali agachó la cabeza con la piel ardiente.
—No tenía ni idea... Me habría muerto mil veces si hubiera sabido que le estabas escuchando hablarme de aquella manera.
—Si te hubiera hecho el amor entonces, habrías vuelto a casa con cara de culpabilidad como una mujer caída y tu padrastro hubiera imaginado al instante lo que habías estado haciendo. No quería hacerte pasar por eso. Sabía que eras incapaz de mentirle. Lo habrías confesado todo y él te habría tratado como a una fulana.
—Probablemente...
—Solías mirarme con la más asombrosa mezcla de ansia y curiosidad al mismo tiempo —
comentó Peter en un susurro—. Por primera vez en mi vida, estaba preparado para esperar lo que hiciera falta para recibir la gratificación. Pero la broma más macabra fue que en cuanto me adapté a aquella idea, descubrí que la espera me cargaba aún más de erotismo.
—No sabía... perdóname por lo que he dicho.
—¿Un monje? No me extraña. Aquel fue el periodo más largo de celibato que había tenido desde
los quince años.
¿Peter actuando con nobleza y sin egoísmo? Lali bajó la vista hacia la moqueta. ¿Cómo lo iba
a haber adivinado cuando él le ocultaba tantas cosas?

1 comment: