Friday, June 5, 2015

capitulo 51

De hecho, Lali estaba asombrada de lo mucho que se había desinhibido desde que Peter le había asegurado que nunca se había acostado con Euguenia y, por lo tanto, en ese aspecto, no podía compararlas. Así que todavía llevaba a Euguenia en el corazón. Bien, no era perfecto, pero con eso podría vivir, ¿o no?
—Tres semanas en el paraíso... deberíamos estar subiéndonos por las paredes de aburrimiento,
pero no quiero que acaben —le confió Peter casi con aspereza.
Volvían a casa esa misma tarde y ella no quería pensar en la partida. Lo abrazó con fiereza y supo que el sol que danzaba cegador en la superficie del agua estaba apagado comparado con la asombrosa felicidad que la había consumido cada día pasado en Carvalho Cay.
—Sí, serás una madre maravillosa, cariño —dijo Peter mientras la posaba en la cama—. Y nunca
perderás tu ingenuidad porque siempre crees que las cosas son lo que parecen ser.
—jLo dices porque creía que la piscina y la cascada eran naturales?
—Y me lo discutiste hasta que te convencí de que pocos estanques carecen por completo de algas y peces y que aún menos están dotados de convenientes escalones y plataformas por no mencionar un sistema de filtración de última tecnología.
—Bueno, sigo creyendo que la mayoría de la gente lo tomaría por natural.
La voz se le quebró al quedarse sin aire debido a su intensa mirada.
Peter la besó y el corazón se le volvió loco. Lali lo abrazó con fuerza, deslizando las manos
por todas las partes de él a su alcance mientras él introducía la lengua entre sus labios abiertos.
Una hora y media más tarde, Lali  salió del cuarto de baño todavía secándose.
“Tres semanas en el paraíso”, pensó con una sonrisa radiante. Se habían bañado, habían pescado, viajado a las islas vecinas en helicóptero, hecho submarinismo y disfrutado de largas comidas seguidas de largas siestas para hacer el amor.
Lali había aprendido mucho de su infancia y había Intentado ocultar los escalofríos de terror. De pequeño había tenido que reprimir todo impulso natural porque cualquier cosa contraria a la disciplina era inaceptable en su casa. Había tenido un padre viajero y ausente y una madre que lo había echado con irritación cada vez que Intentaba tocarla.
Y lentamente pero de forma segura, Lali había empezado a comprender a Peter como no lo había hecho nunca antes. El era un hombre muy masculino y sólo había aprendido a expresar sus sentimientos por vías físicas. Primero, se comunicaba con sexo. Podía llegar a ser asombrosamente tierno y cariñoso pero necesitaban aquella inicial intimidad física antes de que se confiara lo suficiente como para hablar.
Y aquel proceso se había acelerado en Carvalho Cay. Al ir bajando la guardia, la calidez surgía ahora sin ninguna necesidad sexual porque él ya se había relajado con ella. Su aislamiento se había desvanecido Como si nunca hubiera existido. Era sólo un mecanismo de autodefensa. ¿Por qué no lo habría reconocido ella antes?
Peter estaba trabajando en la sala de ordenadores y Molly estaba echada en la sombra de la terraza leyendo un periódico inglés de varios días atrás. Lo había comprado e] día anterior en la isla vecina de Dominica, pero no había tenido tiempo de leerlo. Era curioso que ahora pudiera leer la prensa de nuevo. Durante cuatro años sólo había podido ver la televisión, segura de que ni Peter ni Euguenia aparecerían en la pantalla
La foto de Euguenia en la página de sociedad fue lo que primero le llamó la atención y después examinó con atención al atractivo hombre moreno que aparecía a su lado. Su futuro marido Nicolas no se podía comparar con Peter, decidió. Con la sensación de que lo estaba soportando bastante bien, empezó a leer el artículo de debajo. Al instante sintió un escalofrío. Después de una pelea tremen da en público en Nueva York, Euguenia había roto su compromiso.
A Lali le dio un vuelco el estómago de miedo. ¿Cómo reaccionaría Peter ante las noticias? Y qué irónico era que cuando por fin ella estaba preparada para hablar de Euguenia, Peter no lo estuviera. Todo lo referente a Euguenia parecía confidencial y privado, reflexionó Lali con pena.
Durante tres semanas se había dicho a sí misma que lo que hubiera habido entre ellos, ya se había terminado, pero no podía olvidar que el hombre al que amaba no estaba enamorado de ella. Oh, si, se sentía muy atraído por ella y adoraba ya al bebé antes de nacer... pero seguía enamorado de otra mujer mucho más de lo que nunca la amaría a ella.
—¿Qué es lo que te pasa? —preguntó Peter una hora antes de que el avión llegara a Londres.
—Estoy un poco cansada, eso es todo -dijo ella hojeando con frenesí otra revista, sin tiéndose traidora por no haberle contado lo que él todavía no sabia.
En un asalto de pánico de lo más ridículo, Lali habia guardado el periódico en una de sus
maletas.
—No hablas, no comes, sólo miras y lees.
Sí, era una cobarde. Era evidente que él lo averiguaría antes o después. ¿No seria más normal que ella simplemente lo mencionara... como por casualidad? Entonces podría observar cómo reaccionaba él. ¿Pero quería de verdad saber cómo reaccionaba? ¿Podría soportarlo?
—¿Lali?
Ella apartó a un lado la revista y alzó la vista.
—Euguenia ha roto su compromiso. Lo leí en el periódico de ayer.
Peter se puso pálido.
El silencio pesaba como una losa y Lali suplicaba que dijera algo, lo que fuera.
—Estaré en Nueva York la próxima semana. Entonces la veré.
—No creo que debas alimentar una obsesión. ¿,No será mejor que te mantengas apartado de ella? —¿Y qué quiere decir eso?
—Sé lo que sientes por ella.
—¿Lo que siento por ella? ¿Qué diablos estás intentando decir?
Había llegado demasiado lejos como para retroceder ahora. Entrelazó los dedos con tensión e, inspirando con fuerza, le relaté lo que había oído a través de la puerta de la biblioteca. Peter se puso rígido al comprender de repente todo.
—Así que por eso te comportaste como una loca aquella noche. De ahí venían todas aquellas acusaciones sin sentido.
—Era tan evidente que estabas loco por ella...
—¿De verdad? —la cortó Peter con sequedad entrecerrando los ojos.
—Pasó mucho tiempo hasta que adiviné lo que pasaba entre vosotros dos... porque no podía
entender por qué no habíais acabado juntos.., si sentíais aquello el uno por el otro —insistió ella.
—Sí, es lo que una mente sana y normal se preguntaría —dijo Peter con irónica suavidad—. Después de todo, si quería a Euguenia, ¿para qué iba a casarme contigo?
—Sólo tuvo sentido cuando empecé a atar cabos... bueno, supe que no podías casarte con ella... que no podía ser de la forma en que tú querías —murmuré con voz cada vez más sorda intentando ser lo más delicada posible con un tema tan escabroso.
—Me temo que no te entiendo nada.
—Si estuvierais relacionados de forma más cercana de lo que la gente sabe —casi susurró Lali.
—¿Qué estás intentando decir? —preguntó Peter con impaciencia.
—Si tu padre y su madre tuvieron una aventura, Euguenia sería tu hermana.
El silencio se prolongó. Apenas respirando, Lali alzó la vista. Peter la estaba mirando con un
gesto de incredulidad tan intenso, que ella deseó al instante haberse equivocado.
—Crees que mi padre y su madre... ¡Madre de Dios!—explotó Peter con una furia tan repentina
que Lali se puso pálida.
Peter se incorporó, salió al pasillo y caminó entre las hileras de asientos como si no pudiera
contenerse. Sus oscuras facciones estaban teñidas de rabia.
—¡Qué mente tan sucia tienes! No sólo te atreves a acusar a mi padre de acostarse con la hermana de mi madre, sino que también insinúas que he tenido una relación antinatural con una mujer que es mi hermana.
Pálida como un fantasma y deseando no haber abierto la boca, Lali lo miró con los ojos muy abiertos. Una sensación de horrible humillación estaba empezando a devorarla y ahora hasta le costaba comprender de dónde habría sacado aquella idea.
—Lo siento —murmuré de forma casi inaudible.
—¡Nunca he estado tan disgustado en toda mi vida! Euguenia es el familiar más cercano que tengo y la quiero mucho, pero ni mi padre se acosté con su madre ni hay base para que nadie sugiera que lo hizo. A él nunca se le hubiera ocurrido mantener una relación con alguien de su círculo familiar y dudo que viera a la madre de Euguenia más que un par de veces después de su matrimonio porque no podía soportar a su marido.
—Yo oí rumores acerca de que el padre de Euguenia se había suicidado. La gente sugería que
podíais ser hermanos y que él lo habría descubierto y...
—Créeme, no es por eso por lo que se disparé Parker.
—De acuerdo.., hice algunos juicios sin tener base y me disculpo, pero, por favor, sólo explícame por qué Euguenia estaba tan disgustada y por qué dijo aquellas cosas si no había habido ese tipo de relación entre vosotros.
—Sin su permiso, es una historia que no puedo contar. No hacen falta más explicaciones. Para ti debería ser suficiente saber que interpretaste mal lo que oíste y que no había nada entre nosotros que te amenazara.
El silencio se prolongó.
Peter se desplomó en un asiento al otro lado del pasillo como si no pudiera soportar sentarse al lado de ella. Tenía un gesto de profunda amargura que ella no había visto nunca antes y que la conmovió.
—Peter... —empezó, aterrorizada de la enorme grieta que había abierto entre ellos.
—Pero quizá sea hora de que te cuente otra historia—continuó él sin cambiar de tono de voz—. Conocí a una chica de un pueblo muy atractiva hace cuatro años y medio... y era muy diferente de
todas las mujeres que yo conocía. Era muy franca, abierta y cálida y nunca aparentaba ser nada que no fuera. Me enamoré de ella con toda mi alma...

1 comment: