Saturday, June 6, 2015

capitulo 7

Y además no era ése el único problema. La forma en que Peter Lanzani la miraba la ponía furiosa. En medio de toda aquella neblina de sospechas él se había permitido el lujo de mirarla de arriba abajo, como si fuera una mercancía sexual a la venta. Lali apretó los generosos labios y se puso a rumiar aquello.
Bastante había tenido con tolerar a Benjamin, que se negaba a aceptar un no por respuesta y que estaba convencido de que era sólo cuestión de insistir. No era de extrañar que se hubiera incluso mareado. Aquel arrogante griego no había hecho sino aumentar aún más la repulsa que su subordinado había provocado en ella. Sin embargo Peter era diferente. Peter era uno de esos hombres salvajemente masculinos, la clase de tipo que no podía mirar a una mujer sin preguntarse cómo sería en la cama.
Impermeable a la creciente antipatía de Lali, que demostraba con un frígido silencio, Peter la guió por el aeropuerto hasta la zona comercial. Entró directo en una boutique cara y se dirigió
hacia los trajes de chaqueta. Arrojó luego en sus brazos uno negro, de la talla más pequeña, y escogió un bolso, un sombrero y un par de guantes negros largos del estante en el que estaban expuestos.
El resto de las exquisitas prendas del estante parecieron deslucidas. Lali se ruborizó hasta la punta del cabello. La dependienta los seguía con atenta e irritada mirada por toda la tienda. Finalmente Lali susurró en voz baja y mortificada:
-¿Qué diablos crees que estás haciendo?
-Comprar -explicó Peter escueto, indiferente a las miradas de los empleados que, bien entrenados, seguían atentos cada uno de sus movimientos.
Peter se dirigió decidido hacia otro perchero y tiró de un vestido azul sacándolo de la percha para arrojárselo a Lali con la misma indiferencia. Luego le siguió un largo abrigo negro y por último, tras una pausa ante un maniquí con unos pantalones cortos rosas, Peter inclinó la cabeza y dijo, dirigiéndose a la vendedora que se acercaba:
-Esto también nos lo llevamos.
-Me temo que no está a la venta, caballero.
-Entonces quítelo del maniquí -ordenó Peter.
-¡Pero señor Lanzani! - silbó Lali ruborizada hasta el límite.
La vendedora, cuya insignia proclamaba su rango de encargada, estuvo a punto de hacer otro movimiento, pero al oír el nombre abrió la boca atónita y miró con más amabilidad al alto y moreno cliente.
-¿Es usted el se... señor Lanzani?
-Sí, soy el propietario de esta cadena de tiendas -confirmó Peter con una mirada de desaprobación -.Dime, ¿es habitual que los empleados estén de pie, sin hacer nada, charlando y mirando a los clientes que los necesitan? ¿Y desde cuándo es más importante un maniquí que una venta?
-Tiene usted mucha razón, señor Lanzani. Por favor, permítame que lo atienda.
-Esta señorita necesita ropa interior. Escoja usted algo -ordenó Peter dejando que su atención recayera entonces en el estante de los zapatos y arrastrando a Lali hacia ellos-. ¿Qué número usas?
-Creo que nunca en la vida me he sentido tan violenta -comentó Lali temblando-. ¿Es así como te comportas en público normalmente?
-¿Pero qué te pasa? -exigió saber él-. No hay tiempo que perder, escoge unos zapatos.
La encargada estaba al fondo luchando por quitarle los pantalones cortos al maniquí. De

pronto Lali, con un movimiento repentino, le arrojó la ropa que llevaba en brazos a Peter.

7 comments:

  1. bien echo lali tirale la ropa a ese cretino jajajaajaj como me gusta tu nove sube mas

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  2. +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

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  3. Jajajaj si que tiene caracter lali, cualquiera en su lugar estaría sumisa

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  4. quieroooooooooo massssssssssssss

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