capitulo 11

Lali echó la cabeza hacia atrás y Peter aprovechó para besarla en el cuello, para mordisquear el lóbulo de la oreja y para degustar de nuevo sus pechos.
De la garganta de Lali salían sonidos graves y eróticos, sonidos que hacían que Peter se excitara cada vez más y que lo obligaron a moverse cada vez a más velocidad. Sentía que el sudor le resbalaba por la cara y por la espalda, sentía los dedos de Lali en el pelo, acariciándolo, sentía sus caderas marcándole el ritmo a seguir, un ritmo que cada vez lo acercaba más al placer infinito.
—Lali —aulló.
Lali lo miró a los ojos y sonrió.
—Peter —contestó.
Aquello bastó para que Peter alcanzara el orgasmo sintiendo que un placer cósmico se apoderaba de su cuerpo, impregnando todas y cada una de las células de su organismo.
Con un gemido, la penetró una última vez y, aliviado, sintió que Lali se estremecía y lo seguía en el placer del orgasmo.
Lali no podía parar de sonreír mientras acariciaba el pelo, la espalda, los bíceps y el torso desnudo de Peter.
Peter estaba tumbado encima de ella y no se movía después de la sesión de sexo más intensa que Lali había experimentado jamás.
Todavía no se podía creer que hubiera sucedido. Su cuerpo rezumaba todavía pasión y sentía los músculos relajados después de la tensión del deseo.
Lali había soñado en tantas ocasiones con estar con Peter, habían sido tantas las fantasías que había tenido con él que, cuando había comenzado a besarla, una parte de ella se había preguntado si no se sentiría defraudada.
Tal vez, lo que realmente la había preocupado había sido defraudarlo. En cualquier caso, Peter había estado maravilloso, amable, cariñoso e increíble.
No solamente sus caricias habían sido maravillosas. No, además, se había mostrado considerado y bueno durante toda la noche. La había llevado a casa, la había ayudado con el ganado y había subido al ático con ella a ver qué tal estaban los gatos.
Era aquél un lado de Peter que hacía tiempo que Lali no había podido compartir con él, desde que Suzanne lo había abandonado y le había destrozado el corazón.
Peter creía que había llevado bien la infidelidad y posterior divorcio de su mujer, creía que se había recuperado rápido del daño y que había vuelto a su vida normal, pero todo el mundo estaba convencido de lo contrario.
Él fingía estar bien cuando, en realidad, por dentro estaba frío y Lali tenía muy claro que la culpable de todo eso era Suzanne.
A ella nunca le había gustado aquella chica. Todavía recordaba el día en el que Peter la había llevado a Gabriel's Crossing tras haberla conocido en una gasolinera en
Abilene. Aquel día, Lali se había dado cuenta de que su sueño de casarse con Peter había quedado destrozado.