Monday, September 28, 2015

capitulo 41

Lali se puso en pie apoyándose en el borde de la bañera y, débil y temblorosa, se acercó al lavabo para lavarse la boca y la cara con agua fría.
Era el cuarto día consecutivo que vomitaba y confiaba plenamente en encontrarse bien por la tarde, como los otros días.
Al principio, había creído que se había resfriado o que tenía la gripe. Luego, había pensado que, tal vez, el cansancio, los dolores de cabeza y las náuseas eran consecuencia de la tensión provocada por la ruptura con Peter porque llevaba disgustada los ocho días que habían transcurrido desde entonces.
Aquella noche se había ido a casa justo después que él sin molestarse en dar explicaciones a nadie. Al llegar a casa, se había metido en la cama y se había puesto a llorar.
Si por ella fuera, seguiría allí, pero no quería preocupar a su padre, así que se obligaba a levantarse todos los días y a hacer vida normal.
Sin embargo, era consciente de que, tarde o temprano, iba a tener que contarle a todo el mundo que la boda se había suspendido. Aun así, todavía no podía hacerlo. Le dolía demasiado.
Por los comentarios de su padre y de los demás, por lo visto, nadie sabía nada de la ruptura. Peter tampoco debía de haber dicho nada todavía.
En aquellos momentos, sin embargo, el asunto no le importaba demasiado porque tenía otros problemas más graves.
Iba con retraso.
Lali estaba empezando a sospechar que estaba embarazada.
Dos semanas de retrasos, náuseas matutinas, sueño y sensibilidad exacerbada... tenía muchas posibilidades de estarlo.
Solamente había una manera de salir de dudas, así que Lali tomó aire, salió del baño, agarró su cazadora y su bolso y se dirigió al coche.
Estaba llegando cuando su padre salió del establo y la saludó.
—Buenos días, dormilona. ¿Adónde vas?
—Buenos días, papá. Voy un momento al pueblo —contestó Lali metiéndose en el vehículo, cerrando la puerta y poniendo el motor en marcha.
—Muy bien, no tardes.

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