Monday, September 28, 2015

capitulo 44

—Como suelen suceder estas cosas —le espetó Lali mirándolo con frialdad—. No sé exactamente qué día porque nos acostamos muchas veces antes de terminar nuestra relación. Por lo visto, no tomamos las suficientes medidas.
Peter no contestó. Todavía no había asimilado que iba a ser padre.
Padre.
Jamás se le había pasado por la cabeza tener hijos. Él, que había creído que casarse con Lali resultaría fácil y sencillo, que iría sobre ruedas sin que él tuviera que preocuparse demasiado.
Había accedido a casarse con ella por hacerle un favor a su padre, pensando que el hecho de que se conocieran de toda la vida, de que fueran buenos amigos y de que el sexo entre ellos fuera estupendo, era más que suficiente para que su matrimonio funcionara.
Cuando pensaba en el futuro, se imaginaba compartiendo una casa con ella, compartiendo la cama con ella, trabajando la tierra juntos.
Sin embargo, jamás se había imaginado teniendo hijos con ella. No se había parado a pensar si a ella le hubiera gustado tenerlos. Posiblemente, sí. Aun así, él se habría opuesto.
La idea lo aterrorizaba.
Además, no le parecía justo porque tener hijos con Lali equivalía a dejar que se hiciera ilusiones, que creyera que su matrimonio era de verdad cuando él sabía que no era así.
Peter se pasó los dedos por el pelo y tomó aire. Las palabras de Lali lo habían dejado helado. Por lo visto, el destino se estaba riendo de él. Aunque había accedido a casarse con ella, jamás había pensado en tener hijos, tal y como demostraba el hecho de que se hubiera cuidado mucho de poner medios anticonceptivos siempre que se habían acostado.
Excepto las dos primeras veces, claro...
Y ahora que lo habían dejado y que no se iban a casar resultaba que Lali estaba embarazada.
—Bueno, ¿es que no vas a decir nada? —le espetó Lali.
—¿Quieres pasar? No sé tú, pero yo necesito beber algo —contestó Peter echándose a un lado para dejarla entrar.
Lali lo siguió hasta la cocina, donde se sentó mientras Peter abría un armario y sacaba dos vasos.
—¿Qué quieres? Hay zumo de naranja, leche y té. No sé si el té te irá muy bien porque tiene teína.
Al girarse hacia Lali, la encontró mirándolo con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Obviamente, estaba enfadada y Peter lo entendía perfectamente porque, si estaba tan perdida como él, debía de estar enfadada, confusa y asustada.

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