Saturday, September 26, 2015

capitulo 27 y 28

En cuanto hubo pronunciado aquel nombre, Lali deseó retirar las palabras porque Peter dejó de sonreír y se le ensombrecieron los ojos.
—Perdón —murmuró Lali.
Tras un par de minutos jugueteando con la comida, tomó aire y volvió a mirarlo a los ojos.
—Yo lo único que digo es que te he echado de menos y que, si hubiera sabido que nos iba a ir tan bien en la cama, te habría seducido del colegio.
Peter la miró y enarcó una ceja.
—¿Ah, sí?
—Sí, desde luego —contestó Lali—. A ti o a Pablo. Os parecéis tanto que seguro que tenéis el mismo talento en la cama.
Peter arrugó tan profundamente el ceño ante aquellas palabras que Lali estuvo a punto de estallar en carcajadas.
«No le digas nunca al hombre con el que te estás acostando que podrías encontrar a otro capaz de satisfacerte exactamente igual que él. Sobre todo, si son familia», se dijo
Lali.
—Mira, fuiste tú el que propusiste que saliéramos durante un tiempo para ver qué pasaba, ¿no? ¿Porqué no podemos seguir haciéndolo?
—Porque cada vez que quedamos terminamos... terminamos... como dos monos excitados.
¿Monos excitados? A Lali no le gustó mucho la comparación.
—A la mayoría de los hombres les encantaría que todas sus citas terminaran así.
—¿Ah, sí? Pues debe de ser que yo no soy como la mayoría —contestó Peter.
Eso era cierto. Para lo bueno y para lo malo, Peter no era como los demás hombres.
—¿Me estás diciendo que ya no quieres acostarte conmigo? —le preguntó Lali sintiendo que el corazón le latía aceleradamente.
—Yo no he dicho eso —contestó Peter apretando la mandíbula.
Lali rezó para que su rostro no reflejara su inmenso alivio.
—¿Ya no quieres que volvamos a salir?
—Tampoco he dicho eso.
—Entonces, ¿me dejas que te haga una sugerencia?
Lali se dijo que, tal vez, insistir para que le diera una respuesta clara podía desembocar en una contestación que no le gustara, pero lo que tampoco quería era tener la impresión de que Peter se sentía culpable siempre que se acostaba con ella, así que tenía que arriesgarse.
—Dime —contestó Peter.
—Te propongo que volvamos a tú plan original. Salgamos y divirtámonos. Si nos apetece acostarnos, nos acostamos, pero sin sentirnos presionados ni culpables —le dijo Lali sinceramente—. Ni tú ni yo. Así, veremos adonde nos lleva la relación, lo que tú me propusiste.
—Así que me echas mis propias palabras en cara, ¿eh? De ahora en adelante, voy a tener que tener más cuidado con lo que digo en tu presencia.
Lali sonrió pues parecía obvio que Peter no le iba a decir que prefería que volvieran a ser única y exclusivamente amigos y vecinos.
—Sí, me parece que vas a tener que tener más cuidado.
Peter sonrió y apartó el plato vacío que tenía ante sí para agarrarle la mano.
—¿Qué te apetece que hagamos la próxima vez?
—Me apetecería ir al cine —contestó Lali—. Por supuesto, después de la película, quiero sexo salvaje del bueno.
En aquella ocasión, Peter no la miró con los ojos como platos ni se quedó con la boca abierta.
—¿Qué tal te va el sábado? ¿A eso de las ocho?

1 comment: