Wednesday, September 23, 2015

capitulo 65

Un mes sería suficiente para que se convenciera de que no tenía ningún sentido continuar con aquel matrimonio. Cuando regresara a Grecia, lo haría para firmar el divorcio que, con toda seguridad, él le pediría. Ella pretenderla estar de acuerdo y él nunca sabría que le había roto el corazón.
-Te llamaré todos los días -le aseguró Peter.
-Será mejor para los dos que no me llames. 
FALTABAN treinta minutos para que el avión privado tomara tierra en suelo griego.
Lali fue al baño para arreglarse. Llevaba puesto un vestido y una chaqueta de color negro y se había recogido el pelo en un moño. Ahora se veía demasiado sencilla y tampoco quería que Peter se preguntara qué había visto en ella.
Había pasado todo el mes en Ashstead, la casa de campo que los Lanzani tenían en Devon. La primera semana la había pasado llorando y durmiendo. Luego había decidido ir a Londres a visitar a su familia, que estaba tan triste como ella por la pérdida del bebé. Gimena había aprovechado para mostrarle su anillo de compromiso. Ya de vuelta a Devon, se había dedicado a dar largos paseos. Había recuperado el apetito y se sentía mejor.
Alejo se había acercado a pasar dos días con ella y, aunque tuvo que pedirle que no ejerciera de consejero matrimonial, había disfrutado mucho de su compañía y de sus historias de cuando Peter era un niño.
Al final de la cuarta semana, cuando la secretaria de Peter había llamado para organizar el viaje de vuelta, Lali ya se sentía descansada y mucho más relajada. A pesar de ello, se le hacía muy difícil la idea de dejar a Peter y que Paula finalmente acabara recuperándolo. Lo había extrañado a todas horas. En muchas ocasiones, había descolgado el teléfono para hablar con él, pero no se había atrevido a hacerlo.
Nada más aterrizar en Atenas, Lali subió a un helicóptero. Vio que atravesaban el mar Egeo y se preguntó a dónde la llevarían, pero no se molestó en preguntar. Aquel podía ser el viaje que pusiera el punto y final a su matrimonio. Había abandonado Londres con el temor de volver a ver a Peter y descubrir lo que éste tenía que decirle.
El helicóptero tomó tierra sin que Lali tuviera la menor idea de dónde se hallaban. A escasos metros, se extendía el azul turquesa del mar y la arena de la playa no tenía ninguna huella de pisadas. Le parecía estar de vuelta en Mos, pero se dijo que no era posible. Se giró y reconoció la pequeña casa que había a su espalda.
Se quitó los zapatos y salió corriendo hacia la casa. Alguien apareció en el umbral de la puerta y se detuvo sin creer que Peter estuviera frente a ella. Continuó caminando lentamente mientras pensaba que estaba muy guapo con aquel pantalón claro y camisa negra. Se quedó quieto donde estaba esperando que ella se acercara.

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