Sunday, September 27, 2015

capitulo 39 y 40

—Bueno, supongo que es mejor que me haya enterado antes de la boda. Hubiera sido muy estúpido por mi parte haberme casado de nuevo con otra mentirosa —comentó con lengua viperina.
—Espera un momento... —dijo Pablo.
—Y con mi propio hermano —continuó Peter.
—Peter... —intervino Lali— no es lo que tú piensas —añadió dando un paso al frente y alargando el brazo para ponerle la mano en el pecho, pero Peter dio un paso atrás y la miró con desprecio.
—Nunca lo es —contestó con desdén.
—Ten cuidado con lo que dices, Peter —murmuró Pablo detrás de Lali—. Si tengo que partirte la cara en tu fiesta de compromiso, te la parto.
Peter dio un paso al frente con actitud amenazante y miró a su hermano con furia.
—Sí, y si tienes que liarte con mi prometida también te lías con ella, ¿no?
—Ya basta —intervino Lali—. Pablo, muchas gracias por tu ayuda, pero creo que tengo que hablar con tu hermano a solas.
Su reacción ante una conversación inocente con su hermano era suficiente para tenerlo claro.Lali no quería estar con un hombre que automáticamente iba a pensar lo peor de ella continuamente.
No podría vivir así, siempre observada, siempre vigilada, siempre bajo sospecha de acusación, así que tomó aire, cerró los ojos y rezó para no irse abajo delante de Peter como le había sucedido con Pablo.
—Mira, esto no va a funcionar —le dijo muy segura de sí misma a pesar de que por dentro temblaba de pies a cabeza—. Entre Pablo y yo no hay nada y te estoy diciendo la verdad, pero nunca me creerás porque no has superado lo que te hizo Suzanne. Yo no me puedo casar con un hombre que no confía en mí —añadió apretando los puños para no alargar las manos hacia él y dar al traste con la decisión que había tomado de acabar con aquella relación—. Lo siento mucho, pero creo que es mejor que suspendamos la boda.
Peter se quedó mirándola y apretó la mandíbula.
—Tienes razón. Nunca habría funcionado.
Dicho aquello, se giró y desapareció en la noche. Lali se quedó observándolo, consciente de que había tomado la decisión adecuada, pero desesperada ante ella.
Peter era el único hombre al que había amado en la vida y ahora se daba cuenta de que también era el único hombre al que jamás podría tener.
—¿Estás segura? —contestó Pablo mirándola a los ojos y relajándose.
—Sí, estoy segura.
—Muy bien. Estaré dentro. Si me necesitas, grita.
Lali asintió, pero no dijo nada, sabiendo que, si decía algo, Peter se lo tomaría como una señal inequívoca de que lo estaba engañando con su hermano.
Pablo avanzó hasta la puerta y, una vez allí, se giró hacia su hermano.
—Si le haces daño, haré que te arrepientas —lo avisó antes de entrar.
—Demasiado tarde —murmuró Peter aunque su hermano ya no lo oía—. Ya me arrepiento.
Lali sintió que el corazón se le encogía ante lo que implicaban aquellas palabras, pero se obligó a levantar el mentón en actitud digna.
—Peter, lo que has visto... Pablo me estaba consolando porque estaba disgustada. Esto no era una reunión clandestina. Yo no soy Suzanne —le explicó con vehemencia—. Yo jamás te traicionaría y tu hermano tampoco.
—Yo sólo sé lo que he visto — insistió Peter.
—Lo que has visto es a tu prometida llorando sobre el hombro de tu hermano. Sólo eso.
Sin embargo, sabía que sus palabras caían en oídos sordos. Dijera lo que dijera, Peter no la iba a creer. Pensaba lo peor porque una vez lo habían engañado y todavía no había superado la experiencia.
Por mucho que dijera o hiciera, Peter jamás la creería. Lali sintió un profundo dolor en el corazón al darse cuenta de que no podía casarse con él, de que no podía mantener una relación con él cuando era obvio que Peter jamás confiaría en ella.

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